La catedral de
Santiago de Compostela es la obra cumbre del románico español y europeo. Aproximadamente era el año 822, siendo Alfonso II el rey astur, cuando se descubre el sepulcro del apóstol Santiago en Iria
Flavia, cerca de Santiago. El rey manda levantar un pequeño templo. Alfonso
III lo derriba e inicia el año 872 un templo mayor que se termina en el 896. Los dos edificios son el germen de la catedral actual.
Reconstrucción hipotética del templo de Alfonso III. En el año 1075, siendo obispo de Compostela Diego Peláez y
Alfonso VI rey de España, comienzan las obras de la catedral románica. En 1128, y
gracias al impulso del obispo Gelmírez, las obras quedan terminadas. En
1188 se rematará la fachada oeste con el pórtico de la Gloria, obra del maestro
Mateo.
La catedral presenta planta
basilical de tres naves, orientada al este, con la nave central más
ancha que las laterales. Tiene un transepto, también de tres naves.
Presenta un amplio ábside
con cinco absidiolos que se abren a la girola. Este elemento
convierte a esta construcción en modelo de la llamada "iglesia de
peregrinación". El absidiolo primitivo central tiene forma rectangular al exterior.
Luego vienen dos más semicirculares, la forma más normal del románico. El ábside central se
termina con otros dos absidiolos de forma poligonal.
Al transepto, también de tres naves, se
abren otros cuatro ábsides semicirculares, dos a cada lado.
La construcción se
levanta sobre pilares compuestos. Presenta bóveda de cañón en la
nave central y en la nave del transepto. Las naves laterales, de la parte
central y del transepto, están cubiertas con bóvedas de arista.
Presenta arcos
fajones y formeros a lo largo de todas las naves. Cuatro robustos pilares sostienen
los arcos torales del crucero. Tiene
contrafuertes al exterior, que se corresponden con los arcos fajones de las
bóvedas.
Las ventanas son
abocinadas al exterior. A los pies del edificio vemos el pórtico de entrada
con dos torres cuadradas a los lados.
Presenta tres
portadas: la norte, llamada de la Azabachería; la sur, de Platerías; y la
oeste, el Pórtico de la Gloria.
A pesar de los años
que duró su construcción (1075-1188) y de los maestros que en ella intervinieon, se mantuvo, con pequeñas variantes, una gran unidad en cuanto
al esquema constructivo. Es un modelo, tal vez el más perfecto, de
planta románica; se la puede considerar como la culminación de este estilo
artístico.
La obra fue comenzada por los maestros Bernardo el Viejo y Roberto,
según nos cuenta el Códice Calixtino. Los cuatro ábsides semicirculares, dos a cada lado, que se abren al transepto, los realizó el maestro Esteban. La parte de la nave
central en su mayor parte es obra del maestro Bernardo el Joven, que
sigue el mismo esquema que su predecesor. La parte final, con
el pórtico de entrada conocido como pórtico de la Gloria, es ya del maestro
Mateo. La construcción presentaba un buen desnivel. El maestro Mateo (color rosa) realizó debajo del Pórtico de la Gloria una cripta para para salvar precisamente ese desnivel. También realizó el coro que se deshizo en el siglo XVII.
Mirando ya desde el interior se aprecian las tres naves. La gran nave central, mucho más ancha que las laterales, está cubierta con bóveda de cañón con arcos fajones que tienen una función técnica y estética. Las naves laterales tienen bóveda de arista. Era, y sigue siendo, un lugar idóneo para la multitud de peregrinos que acoge a lo largo de los siglos.
Nave central (imagen superior e inferior)
Nave lateral cubierta con bóvedas de arista entre arcos fajones.
Las tres naves están
separadas por arcos formeros de medio punto peraltados y doblados. Sobre
la nave lateral, cubierta con bóveda de arista y separadas por
arcos fajones, se levanta, ganando altura, la galería del piso superior
que tiene ventanas ajimezadas. Esta galería servía para acoger a los peregrinos.
A la izquierda, la galería sobre la nave lateral. A la derecha la galería.
Fuertes pilares
cruciformes con columnas adosadas soportan el peso de la piedra de la
bóveda. Los capiteles son de tipo vegetal en esta zona.
El transepto, también con tres naves, sigue el mismo esquema constructivo que la nave central.
Transepto desde el lado sur
Al fondo se aprecian dos trompas de las cuatro que sujetan el cimborrio poligonal original (el actual es
gótico).
Toda la catedral tiene
el aparejo de piedra de sillería de granito gallego muy bien escuadrada.
El interior
del templo es oscuro pues sus ventanas son pequeñas y abocinadas (hoy la
luz eléctrica modifica esta situación y nos aleja del espacio románico). Esta
oscuridad es más propia de la oración que, dado el fervor de los peregrinos
llegados a Compostela, elevarían al cielo los peregrinos tras el cansancio del
camino desde lugares muy alejados.
El románico penetra
el románico en la Península por dos zonas. Una llega a Cataluña desde Italia,
donde se desarrolla al conocido como románico catalán. La otra vía de
penetración es el Camino de Santiago, es de influencia francesa y llega
de manos de los monjes benedictinos (monjes de hábito negro) de la abadía de Cluny.
Tras la conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI, la paz se había asegurado en
el norte peninsular. Este camino es la vía medieval de difusión del románico y
a lo largo de su recorrido encontramos, además de la catedral compostelana,
obras como: la catedral de Jaca, el monasterio de Silos, san Martín de Frómista
y la colegiata de san Isidoro de León.
La ciudad padece en la Baja Edad Media una etapa de estancamiento socio-político, económico y constructivo notable.
Hay que esperar a los siglos XVII y XVIII en que el afán de engrandecimiento de la catedral hizo que las obras barrocas se
prolongasen casi sin descanso durante esos siglos. El signo más visible del trabajo de esta época es la fachada del Obradoiro (ver imagen inicial).
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A
catedral presenta planta basilical
de tres naves, orientada ao leste,
coa nave central máis ancha que as laterais. Ten un transepto, tamén de tres
naves.
Presenta
unha ampla ábsida con cinco absidiolas
que se abren ao deambulatorio. Este
elemento converte a esta construción en modelo da chamada "igrexa de
peregrinación". A absidiola primitiva ten forma rectangular ao exterior.
Logo veñen dúas máis semicirculares, a forma máis normal do románico. Ata aquí
chegaría a obra realizada polos mestres Bernardo
o Vello e Roberto, segundo nos conta
o Códice Calixtino.
A ábsida
central remátase con outras dúas absidiolas de forma poligonal. Ao transepto
ábrense outras catro ábsidas
semicirculares, dúas a cada lado. Esta parte é obra do mestre Estevo.
A nave
central, na súa maior parte, é obra do mestre Bernardo o Mozo, que segue o
mesmo esquema que o seu predecesor.
A parte
final, co pórtico de entrada coñecido como pórtico da Gloria, é xa do mestre Mateu.
A
construción levántase sobre piares compostos.
Presenta bóveda de canón na nave central e na
nave do transepto. As naves laterais, da parte central e do transepto, están
cubertas con bóvedas de aresta.
Presenta arcos faixóns ao longo de todas as
naves. Catro robustos piares sosteñen os arcos torais do cruceiro.
Ten contrafortes ao exterior, que se
corresponden cos arcos faixóns das bóvedas.
As fiestras son abucinadas ao exterior.
Aos pés
do edificio vemos o pórtico de entrada con dúas torres cadradas aos lados.
Presenta tres portadas: a norte, chamada da Acibechería;
a sur, Praterías; e a oeste, o Pórtico da Gloria.
Malia os
anos que durou a súa construción (1075-1188), mantívose unha gran unidade en canto ao esquema
construtivo, con pequenas variantes na parte da ábsida central que agora
non veñen a conto. É un modelo, talvez o máis perfecto, de planta románica; pode
ser considerada como a culminación deste estilo artístico.
A
catedral de Santiago de Compostela, obra
cume do románico, comezouse a construír pola cabeceira polos mestres
Bernardo o Vello e Roberto, segundo deixou escrito Aymerico de Picaud no que
hoxe coñecemos como Códice Calixtino.
Era o ano
822 aproximadamente cando se descobre o sepulcro do apóstolo Santiago en Iria
Flavia. Tralas basílicas construídas no século IX por Afonso II e Afonso III,
reis asturianos, en 1075, sendo bispo de Compostela Diego Peláez e Afonso VI rei
de Castela, comezan as obras da catedral. En 1128, e grazas ao impulso do bispo
Xelmírez, as obras quedan terminadas.
En 1188 rematarase a fachada oeste co pórtico da Gloria, obra do mestre Mateu.
A nave
central corresponde en gran parte ao mestre Bernardo o Mozo, aínda que os
últimos arcos corresponden xa ao mestre Mateu.
Ten tres naves. A gran nave central, moito
máis ancha que as laterais, está cuberta con bóveda de canón con arcos faixóns
que teñen unha función técnica e estética. É un lugar idóneo para a multitude
de peregrinos que acolle ao longo dos séculos.
As tres
naves están separadas por arcos formeiros
de medio punto peraltados e dobrados. Sobre a nave lateral, cuberta con bóveda
de aresta e separadas por arcos faixóns, levántase, gañando altura, a galería do piso superior que ten
fiestras con mainel.
Fortes piares cruciformes con columnas encostadas
soportan o peso da pedra da bóveda. Os capiteis son de tipo vexetal nesta zona.
Ao fondo
apréciase a trompa que suxeita o ciborio
poligonal orixinal (o actual é gótico).
Toda a
catedral ten o aparello de pedra de cantaría
de granito galego moi ben escuadrada.
O interior do templo é escuro pois as súas fiestras son
pequenas e abucinadas (hoxe a luz eléctrica modifica esta situación e afástanos
do espazo románico). Esta escuridade é máis propia da oración que os peregrinos,
chegados a Compostela, desde lugares moi afastados, elevarían ao ceo con todo
fervor, tralo cansazo do camiño.
O
románico penetra na Península por dúas zonas. Unha chega desde Italia a
Cataluña, onde se desenvolve e é coñecido como románico catalán. A outra vía de
penetración é o Camiño de Santiago,
é de influencia francesa e chega de mans dos monxes beneditinos (monxes de
hábito negro) da abadía de Cluny.
Trala conquista de Toledo (1085) por Afonso VI, a paz asegurouse no norte
peninsular. Este camiño é a vía medieval de difusión do románico e ao longo do
seu percorrido atopamos, ademais da catedral compostelá, obras como: a catedral
de Jaca, o mosteiro de Silos, san Martiño de Frómista e a colexiata de santo
Isidoro de León.
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