Obra: Catedral de París (Notre Dame)
Autor: Anónimo
Fecha: Comienza su construcción en 1163
Estilo: Gótico
Material: Piedra
En la Isla de Francia, en el centro de París, rodeada
por el Sena, se levanta, pasada la mitad del XII, la catedral dedicada a la Virgen María (Notre Dame, Nuestra
Señora), una excelente muestra del gótico francés.
Tiene cinco
naves, con la central más amplia que las laterales, con un transepto que no
destaca en planta pero sí, como se observa en la imagen, en alzado. Presenta una doble girola o deambulatorio.
Como obra gótica, se constata una ligereza estructural apreciable sobre todo por el exterior. Esto le
permite alcanzar dos objetivos de la arquitectura gótica: la luz en el interior
del edificio y la sensación de verticalidad.
El problema de la iluminación interior del edificio
queda solucionado con grandes ventanales.
Como nuevos elementos
arquitectónicos aparecen el arco apuntado u ojival, que presenta dos
centros, y la bóveda de crucería como elemento de cubrición. El arco apuntado ya se conocía desde la antigüedad, pero había dejado de ser usado.
Los empujes
de estas bóvedas son más verticales que las formadas por los arcos de medio
punto que usaba el románico. Esto permite distribuir mejor las cargas y buscar
una altura mayor del edificio. Las fuerzas de los puntos de apoyo de las
bóvedas de crucería se derivan hacia los contrafuertes exteriores (estribos) mediante arbotantes. A
veces estos arbotantes son dobles, y vuelan por encima de las naves y capillas
laterales. El arbotante sirve, además, para canalizar el agua del tejado hacia
el exterior, y así no empañar el muro o las vidrieras.
Los pináculos
que aparecen sobre los estribos buscan la sensación de verticalidad.
Las dos torres en el lado oeste a los pies de la obra están terminadas en forma de terraza plana. Estas torres se convierten
en normativas hasta el siglo XV, en que el remate en forma de chapiteles
adulterará esta disposición.
Con el gótico el muro pierde la importancia que, como
elemento sustentante, tenía en el románico. Se pueden abrir grandes vanos
cerrados con vidrieras y rosetones para que la luz entre a
raudales en el interior.
La obra se realizó sin apenas interrupciones. París
está en el siglo XII en un momento de esplendor, con una fuerte expansión
demográfica, económica y cultural (a mediados del XII se funda la Universidad
de París junto a Notre Dame), y además es la capital del reino.
La catedral, sede del obispo de la ciudad,
cobra en estos momentos una dimensión extraordinaria. Las ciudades han
resurgido con gran importancia en el terreno político. Por eso comenzarán a
construirse catedrales en las ciudades a finales del XII y comienzos del XIII,
como la mejor ofrenda que pueden hacer a Dios. Simultáneamente a esta se
levantan otras catedrales a su alrededor en un estilo más avanzado dentro del
gótico como son las de Chartres, Reims y Amiens.
El nuevo estilo
gótico ya tenía varias experiencias
anteriores. Se
considera que el gótico nació como tal con la construccion de la
basílica de Saint-Denis, cerca de París, cuando el abad Suger, en la
mitad del siglo XII, levantó esta obra.
En el XIX, dentro del historicismo goticista,
Viollet-le-Duc hace algunas modificaciones
en esta construcción, como colocar gabletes en las ventanas, cambiar la
rotación del rosetón sur (el que vemos), o cambiar la piedra de los arbotantes.
A partir de 1790, durante la Revolución francesa, la catedral fue desacralizada y sufrió el robo y dispersión de muchos de
sus bienes así como la profanación de parte de su imaginería religiosa,
que quedó dañada y destruida.
El 15 de abril de 2019 el edificio sufrió daños significativos a causa de un incendio: dos tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc cayó y los rosetones quedaron dañados.
El nuevo modo de construir en Francia influyó,
durante el reinado de Fernando III el santo, en dos figuras importantes dentro
de la historia de España: el obispo de Burgos, Don Mauricio, y el obispo de
Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, que promovieron la construcción de catedrales
dentro de este estilo en sus respectivas sedes episcopales. La catedral de León, mandada
levantar por Martín Fernández, su obispo, es un poco posterior.
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