miércoles, 27 de mayo de 2009

Sepulcro del Doncel de Sigüenza

 

Obra: Sepulcro de Don Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza  
Autor: Sebastián de Almonacid o alguien de su círculo  
Fecha: Finales del XV  
Estilo: Gótico 
Técnica: Esculpido en alabastro 
 
Don Martín Vázquez de Arce fue un militar que murió, con 26 años, en la guerra que llevaron a cabo los Reyes Católicos por la toma de Granada. 
 

Está enterrado en una capilla familiar, junto con otros miembros de la familia noble Vázquez de Arce, de la catedral de Sigüenza. A modo de monumenteo funerario, sus padres, que le sobrevinieron, encargaron una escultura que le representara con la misma edad que tenía cuado perdió la vida. Y aunque se le ha dado el título de "doncel", en realidad no lo era, ya que estuvo casado. Pero así se le conoce hoy.
La tipo del sepulcro es la del adosado a la pared. El sarcófago, con el difunto recostado, está colocado sobre tres leones y le cobuija una hornacina de arco de medio punto, a modo de arcosolio. Este arco está adornado con dentellones ojivales que simulan otro arco conopial. Las pilastras están cinceladas, así como el arco.
 
 

En el tímpano hay unas pinturas con escenas de la Pasión de Cristo atribuidas a Antonio de Contreras. 
En el testero, debajo de la luneta pintada, la inscripción dice así:
Aquí yaze Marti(n) Vasq(ue)z de Arze/, cavallero de la orde(n) de Sanctiago, / q(ue) mataron los moros socor/riendo el muy yllustre señor / duq(ue) del I(n)fa(n)tadgo, su señor, a / cierta ge(n)te de Iahe(n) a la aceq(ui)a / gorda en la Vega de Granada./ Cobro en la hora su cuerpo / Fernando de Arze, su padre, / ysepultolo en esta su capilla,/ año Mº CCCCº LXXX VI. Este año se/ tomaro(n) la ciudad de Loxa, las/ villas de Illora, Mocli(n) y Mo(n)te/frio por cercos en q(ue) padre y /hijo se allaron.

Está vestido con la cota de guerrero y va armado de espada y puñal. Tiene la cabeza cubierta con un capacete de cuero. En el pecho tiene la cruz roja de la Orden de Santiago de la que era caballero. A los pies está un paje con un león, símbolo del valor y fuerza en la batalla. Está leyendo y reposa su brazo derecho sobre un montón de heno, símbolo de los efímero de la vida.
 
 
 
En la nacela que forma el borde de la cama sepulcral corre otra inscripción que dice así: 
"De Martin Vasq(ue)s de Arse, comendador de Santiago, el qual fue muerto por los moros enemygos de nuestra santa fe catolica peleando con / ellos en la Vega de Granada miercoles [21 dias del mes de iunio] anio del nacimiento de nuestro salvador Ih(e)su Chr(ist)o de mill e CCCC e LXXXVI anos. Fue muerto en edat XXV."
 
Tanto la inscripción del testero como de la nacela se empleó la letra imperante en la producción epigráfica de la época, la gótica minúscula.
En la parte frontal presenta a dos pajes que sostienen el escudo de armas del caballero. 
 
La estatua del difunto no es yacente, como era típico en la Edad Media; se aleja de los formalismos medievales que pedían manos orantes y rodillas en tierra. Aquí está leyendo un libro, recostado de perfil, con actitud serena y una expresión que transmite paz y sosiego, aceptando la muerte con la tranquilidad de quien ha cumplido en vida todo lo que debía hacer.
 

El Doncel aparece con un gesto cansino y crepuscular, como cansado de leer y con la cabeza caída. ¿Símbolo del crepúsculo de la Edad Media que termina? 
Es significativa la unión de las armas, en defensa de la fe contra el infiel, y de la lectura, como un medio excepcional para alcanzar la sabiduría. 
En resumen, es un magnífico y singular exponente de la escultura funeraria en España.  
En una sociedad muy cristiana, la muerte era un tema importante. La muerte como forma de acceso a la otra vida era una de las grandes preocupaciones de la gente. 
En la Alta Edad Media, del VIII al XII aproximadamente, las sepulturas solían estar cerca de lugares sagrados, pero no en el interior de iglesias o catedrales. Pero con el paso a la Baja Edad Media, (a partir del XIII hasta el XVI) cada vez se entierran a personas importantes dentro de las iglesias. Surgen así cada vez más los enterramientos con sepulcros monumentales esculpidos. En las Partidas de Alfonso X el Sabio, se regula quién debe ser enterrado en el interior del templo.
"Enterrar non deben á otro ninguno dentro de la eglesia sinon á estas personas ciertas que son nombradas en esta ley, asi como los reyes e las reynas et sus fijos, et los obispos, et los abades, et los priores et los maestres et los comendadores que son perlados de las órdenes...et los ricos homes, et los otrso homes honrados... et todo otro home quier sea clérigo ó lego que lo meresciese por santidat de buena vida et de buenas obras" (Partida I; ley XI).

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