Obra: Metopa 27
del Partenón
Autor: Entorno de
Fidias
Fecha: Segunda
mitad del siglo V a.C.
Estilo: Griego;
periodo clásico
Material: Mármol
policromado
Fidias estaba a cargo del programa iconográfico del
Partenón; fue un encargo de su amigo Pericles, máximo dirigente de la
democrática Atenas. A pesar de que no puede descubrirse su mano en todas las
esculturas que han llegado hasta nosotros, el cuidado programa de decoración
exigía un único autor, que todos identifican con el escultor Fidias.
En las metopas es más evidente la diversidad de calidad y estilo.
Fueron realizadas por un plantel numeroso de escultores. Parece ser que no
había posibilidad de aceptar normas estrictas impuestas por Fidias para ser
cumplidas a rajatabla, sino que el estudio de la decoración escultórica del
Partenón indica que el sistema de trabajo fue siempre el mismo: instrucciones
probablemente orales sobre tema y contenido, y ejecución e interpretación
libres. Naturalmente, lo único que venía impuesto era el formato.
Para las metopas se utilizaron temas distintos
en cada uno de los cuatro lados; en el este la Gigantomaquia, en el
oeste la Amazonomaquia, en el norte la destrucción de Troya y en
el sur la Centauromaquia.
Casi todas las que han sobrevivido, tras los avatares
sufridos, representan batallas de lapitas y centauros.
En esta metopa, la nº 27, se muestra una composición
bien lograda y un tratamiento avanzado de la anatomía; el lapita ha
capturado al centauro con la mano izquierda. Con las piernas firmes y la
respiración contenida extiende hacia atrás el brazo derecho para propinar el
golpe final. El manto del lapita cuelga en pliegues de ambos brazos y por
detrás de su cuerpo, creando un fondo originalmente pintado de azul contra el
que sobresalía. Es un alto relieve con un fondo totalmente liso,
en el que predominan los valores plásticos o escultóricos de los dos
personajes. No hay paisaje que distraiga de la intensidad del tema. Estas mismas características se observan en otras metopas de las que tienes unos ejemplos más abajo.
Los desperfectos que han sufrido las metopas del Partenón se ven bien en esta imagen del friso. Hay metopas arrancadas y otras estropeadas. Recordamos que a principios del XIX fue despojada de
esculturas por Thomas Bruce, 7º conde de Elgin, embajador británico.
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Fidias estaba a cargo do programa
iconográfico do Partenón; foi un encargo do seu amigo Pericles, máximo dirixente da democrática Atenas. A pesar de que
non pode descubrirse a súa man en todas as esculturas que chegaron ata nós, o
coidado programa de decoración esixía un único autor, que todos identifican co
escultor Fidias.
Nas métopas é máis evidente a diversidade de calidade e estilo. Foron realizadas por un cadro de
persoal numeroso de escultores. Parece ser que non había posibilidade de
aceptar normas estritas impostas por Fidias para ser cumpridas a machada, senón
que o estudo da decoración escultórica do Partenón indica que o sistema de
traballo foi sempre o mesmo: instrucións probablemente orais sobre tema e
contido, e execución e interpretación libres. Naturalmente, o único que viña
imposto era o formato.
Para as métopas utilizáronse temas distintos en cada un dos catro
lados; no leste a Xigantomaquia, no
oeste a Amazonomaquia, no norte a destrución de Troia e no sur a Centauromaquia.
Case todas as que sobreviviron,
tras os avatares sufridos, representan batallas de lapitas e centauros.
Nesta métopa, a nº 27, amósase
unha composición ben lograda e un tratamento avanzado da anatomía; o
lapita capturou o centauro coa man esquerda. Coas pernas firmes e a respiración
contida estende cara atrás o brazo dereito para propinar o golpe final. O manto
do lapita colga en pregues de ambos os brazos e por detrás do seu corpo,
creando un fondo orixinalmente pintado de azul contra o que sobresaía. É un altorrelevo cun fondo totalmente liso, no que predominan os valores plásticos ou escultóricos dos dous personaxes. Non hai
paisaxe que distraia da intensidade do tema.
Os danos das metopas do Partenón queda ben visto nesta imaxe do friso. Hai metopas rasgadas e outras danadas. Lembramos que a principios do século XIX foi desposuída das esculturas de Thomas Bruce, VII conde de Elgin, embaixador británico.
Llama la atención que en la totalidad de lugares que comentan las metopas del Partenón se centran, como mínimo, sino únicamente, en la XXVII (27). Todos estamos de acuerdo que es la mejor, pero también uno se da cuenta que unos están copiando a otros. Evidentemente no sé quien es el copiador y el copiado, pero si está claro que hay una falta de seguridad en la crítica cuando hay otras interesantes, como la XXIX (29), que a pesar de estar en malas condiciones tiene suficiente luz para ser una gran obra.
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