jueves, 3 de noviembre de 2011

Mezquita de Córdoba: ampliaciones

 Obra: Planta de la mezquita de Córdoba con sus ampliaciones 
Autor: Varios  
Fecha: Siglos VIII a X  
Estilo: Hispanomusulmán
 
La mezquita es el edificio por excelencia de la arquitectura islámica. Además de la función religiosa como casa de oración, es también centro de enseñanza, tribunal de justicia y lugar privilegiado de meditación, solaz espiritual y comunicación entre hombres. 

La primera fase (rosa) de la mezquita cordobesa, y la más antigua, comienza en el año 786, cuando Abd al-Rhamán I ordena su construcción. El edificio se levanta sobre una basílica visigoda dedicada a San Vicente, en la que compartieron culto, durante los primeros años de ocupación, árabes y cristianos y que fue comprada a los cristianos cordobeses. Se derribó esta basílica, aunque no totalmente, pues se aprovecharon parte de los viejos muros. También se reutilizaron columnas y capiteles romanos y visigodos.  
El conjunto de la mezquita aljama de Córdoba es uno de los primeros ejemplos del tipo hipóstilo de mezquita, idóneo para resolver las necesidades de la comunidad musulmana. A través de numerosas puertas se puede acceder a un amplio patio o sahn, en donde se encuentra el sabil, la fuente para las abluciones. Sin ningún muro de separación, los fieles, ya purificados, entraban en el haram o sala de oración, con alfombras por el suelo. Esta ausencia de límites muestra la sensación de infinitud, de vacío arquitectónico que querían comunicar los constructores islámicos. Su quibla no está orientada a La Meca, sino al sur. En la primitiva mezquita el haram constaba de once naves de doce tramos cada una que corren en dirección a la quibla. La mezquita sufrió tres importantes modificaciones en época islámica. Hisham I terminó el sahn o patio y levantó el primer alminar.
La segunda fase se desarrolla durante el gobierno de Abd al-Rahman II, que alargó (azul), entre el 833 y 855, el haram en siete tramos, construyó un nuevo mihrab, levantó el minarete y abrió las portadas exteriores con puertas de herradura. Fue menester hacer nuevas columnas y capiteles, pues no quedaban ya materiales visigodos o romanos aprovechables. El aumento de la población de Córdoba obligó a hacer esta ampliación.
Bajo Abd al-Rhamán III se agrandó el patio (verde oscuro), se derribó el antiguo minarete y se construyó el actual, oculto hoy bajo las transformaciones hechas en el siglo XVI, formado por dos cuerpos de planta cuadrada, en decreciente tamaño.
Al-Hakam, a partir del 964, añadió (verde claro), hacia la cabecera, doce tramos más, conservando el mihrab enriquecido con mosaicos de origen bizantino, construyó la macsura e introdujo la bóveda de arcos entrecruzados. En este momento aparecen y se prodigan los arcos trilobulados, pentalobulados y polilobulados. El tramo que ocupaba el mihrab de Abd al-Rahman II quedó decorado; hoy se llama Capilla de Villaviciosa.
 

La última fase se debió al constante aumento de la población. Al-Mansur, más conocido como Almanzor, canciller del Califato de Córdoba, añadió entre los años 987 a 990 ocho naves laterales al este (ocre), afectando tanto al oratorio como al patio. De esta forma el mihrab quedó descentrado. Esta ampliación lateral, de menor importancia e inferior calidad, corresponde al interés propagandístico que tenía Al-Mansur de asemejarse a los califas. El resultado fue la planta definitiva de 19 naves. Tuvo que hacer la ampliación hacia el este, ya que hacia el sur no había posibilidad puesto que se encontraba con el río Guadalquivir.

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