Obra: Diadúmeno
Autor: Policleto
Fecha: 420 a.C.
Estilo: Griego, primer período clásico
Material: Mármol a partir de la original, posiblemente en bronce
La temática de la escultura griega, desde los inicios, se centra fundamentalmente en la figura humana. La escultura de bulto redondo es la más propicia para plasmar la grandeza y la perfección con las que los griegos concebían el cuerpo humano.
El escultor griego realiza un esfuerzo constante por alcanzar la perfección, por superar los problemas de la anatomía humana, de la perspectiva, de la composición, de la expresividad, del “realismo idealizado”. Busca el naturalismo, porque la naturaleza es bella, pero realiza prototipos ideales de belleza que le llevan a indagar, entre otras cosas, las proporciones humanas perfectas. Este es el caso de Policleto.
La estatua ilustra los principios enunciados por Policleto en su Canon, libro hoy desparecido, en el que se considera que la altura total del hombre equivalía a siete veces la altura de la cabeza, que es la longitud del pie apoyado.
Aporta una interesante solución para las figuras de pie en reposo: una pierna soporta el peso del cuerpo y la otra apenas toca el suelo con la punta del pie, y flexiona la rodilla tirándola hacia atrás. La tensión que genera esta descompensación se compensa con ligeras inclinaciones en la pelvis y en los hombros. El momento que elige no es dinámico ni violento pero tampoco estático. El atleta está colocado relajadamente; así comienza el contraposto, una forma que hará historia posteriormente.
La obra representa a un atleta griego en el momento de ceñir su cabeza con la cinta de la victoria que identifica al ganador de una competición deportiva. La postura hace que el personaje arquee todo el cuerpo, y desnivele el eje de las caderas y de los hombros. Y aunque todavía rige la ley de frontalidad para admirar la escultura, es el golpe de muerte a la ley de simetría.
Todavía está desnudo después de la competición; otro elemento importante en la escultura griega: la valoración del desnudo humano.
Finalmente, conviene señalar la diartrosis, por la que se acentúan las líneas divisorias entre brazos y piernas, el borde inferior de los pectorales, cintura e ingles. En la imagen, detalle del torso del Diadúmenos Vaison, copia romana del siglo II d.C. en mármol.
El escultor griego realiza un esfuerzo constante por alcanzar la perfección, por superar los problemas de la anatomía humana, de la perspectiva, de la composición, de la expresividad, del “realismo idealizado”. Busca el naturalismo, porque la naturaleza es bella, pero realiza prototipos ideales de belleza que le llevan a indagar, entre otras cosas, las proporciones humanas perfectas. Este es el caso de Policleto.
La estatua ilustra los principios enunciados por Policleto en su Canon, libro hoy desparecido, en el que se considera que la altura total del hombre equivalía a siete veces la altura de la cabeza, que es la longitud del pie apoyado.
Aporta una interesante solución para las figuras de pie en reposo: una pierna soporta el peso del cuerpo y la otra apenas toca el suelo con la punta del pie, y flexiona la rodilla tirándola hacia atrás. La tensión que genera esta descompensación se compensa con ligeras inclinaciones en la pelvis y en los hombros. El momento que elige no es dinámico ni violento pero tampoco estático. El atleta está colocado relajadamente; así comienza el contraposto, una forma que hará historia posteriormente.
La obra representa a un atleta griego en el momento de ceñir su cabeza con la cinta de la victoria que identifica al ganador de una competición deportiva. La postura hace que el personaje arquee todo el cuerpo, y desnivele el eje de las caderas y de los hombros. Y aunque todavía rige la ley de frontalidad para admirar la escultura, es el golpe de muerte a la ley de simetría.
Todavía está desnudo después de la competición; otro elemento importante en la escultura griega: la valoración del desnudo humano.
Finalmente, conviene señalar la diartrosis, por la que se acentúan las líneas divisorias entre brazos y piernas, el borde inferior de los pectorales, cintura e ingles. En la imagen, detalle del torso del Diadúmenos Vaison, copia romana del siglo II d.C. en mármol.
Posiblemente el original estuvo realizado en bronce, pero como de tantas obras griegas, lo que conocemos son algunas copias romanas. Varias de ellas en la imagen de abajo.
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A temática da escultura grega, desde os inicios, céntrase fundamentalmente na figura humana. A escultura de vulto redondo é a máis propicia para plasmar a grandeza e a perfección coas que os gregos concibían o corpo humano.
O escultor grego realiza un esforzo constante por alcanzar a perfección, por superar os problemas da anatomía humana, da perspectiva, da composición, da expresividade, do "realismo idealizado". Busca o naturalismo, porque a natureza é bela, pero realiza prototipos ideais de beleza que o levan a indagar, entre outras cousas, as proporcións humanas perfectas. Este é o caso de Policleto.
O escultor grego realiza un esforzo constante por alcanzar a perfección, por superar os problemas da anatomía humana, da perspectiva, da composición, da expresividade, do "realismo idealizado". Busca o naturalismo, porque a natureza é bela, pero realiza prototipos ideais de beleza que o levan a indagar, entre outras cousas, as proporcións humanas perfectas. Este é o caso de Policleto.
A estatua ilustra os principios enunciados por Policleto no seu Canon, libro hoxe desaparecido, no que se considera que a altura total do home equivalía a sete veces a altura da cabeza, que é a lonxitude do pé apoiado.
Achega unha interesante solución para as figuras de pé en repouso: unha perna soporta o peso do corpo e a outra apenas toca o chan coa punta do pé, e flexiona o xeonllo tirándoo cara atrás. A tensión que xera esta descompensación compénsase con lixeiras inclinacións na pelve e nos ombreiros. O momento que elixe non é dinámico nin violento pero tampouco estático. O atleta está colocado relaxadamente; así comeza o contraposto, unha forma que fará historia posteriormente.
A obra representa a un atleta grego no momento de cinguir a súa cabeza coa cinta da vitoria que identifica ao gañador dunha competición deportiva. A postura fai que o personaxe arquee todo o corpo, e desnivele o eixo das cadeiras e dos ombreiros. E aínda que rexe a lei de frontalidade para admirar a escultura, é o golpe de morte á lei de simetría.
Aínda está espido logo da competición; outro elemento importante na escultura grega: a valoración do espido humano.
Aínda está espido logo da competición; outro elemento importante na escultura grega: a valoración do espido humano.
Finalmente, convén sinalar a diartrose pola que se acentúan as liñas divisorias entre brazos e pernas, o bordo inferior dos pectorais, cintura e inguas.
Posiblemente o orixinal estivo realizado en bronce, pero como de tantas obras gregas, o que coñecemos son algunhas copias romanas.
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