jueves, 15 de noviembre de 2012

Caballo de Tito Bustillo

 
Obra: Cueva Tito Bustillo (Asturias). Caballo del panel principal
Autor: Cazadores recolectores
Fecha: 13000 a 12500 a.C.
Estilo: Paleolítico superior, periodo magdaleniense
Material: Pintura con grabado sobre la roca

La cueva de Tito Bustillo ha sido incluida por la Unesco, junto con otras cuevas de la cornisa franco-cantábrica, en la lista de lugares que deben protegerse por ser un Patrimonio de la Humanidad
Esta cueva conserva doce conjuntos de arte rupestre distribuidos por todo su recorrido, y con gran variedad de manifestaciones: pinturas, grabados de signos, animales y representaciones antropomorfas. Es por ello, uno de los mejores ejemplos del arte parietal asturiano y uno de los yacimientos más completos de toda la Cornisa Cantábrica.
En el panel de la sala principal, única parte visitable hoy, se encuentra la parte más destacada, tanto por el número de representaciones como por su variedad técnica y estilística. Se han reconocido cerca de un centenar de representaciones, con predominio de los animales sobre los signos: 30 cérvidos, 13 caballos, 9 renos, 5 cabras, 4 bisontes, 1 uro, 2 animales indeterminados, 17 signos y 10 líneas de difícil interpretación. 
Entre estos motivos se encuentra este caballo que mira a la derecha. El contorno está pintado en negro, excepto la cabeza, y relleno de un color violáceo con un modelado por despiece en forma de M. Las patas presentan cascos, y la crinera se realiza mediante un despiece a base de líneas de color negro, sin relleno.
Todas las figuras pintadas son de gran tamaño, excediendo de los dos metros la longitud de alguna de ellas. La mayoría de las figuras, también este caballo, están repasadas con grabado, para el que se emplea la línea múltiple, a veces profunda y otras veces muy superficial.
Como es costumbre en este tipo de pinturas, las figuras, aisladas, sin formar escenas, aparecen yuxtapuestas unas a otras. Y muchas veces están las figuras superpuestas; en este caso a una mancha roja uniforme más antigua.
Los autores de las pinturas de la zona franco-cantábrica eran cazadores-recolectores del magdaleniense. Fueron los creadores de una de las fases culturales más ricas del Paleolítico superior europeo.
Y, aunque desde el momento de la aparición de este tipo de pintura se ha tratado de encontrar un significado, todavía sigue siendo un misterio para el hombre actual, aunque hay unas cuantas teorías. En realidad sólo conocemos el esqueleto iconográfico y formal de un mito, de un pensamiento. Pero nos falta conocer el propio mito, su pensamiento, su contenido.

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