viernes, 12 de octubre de 2012

San Miguel de Lillo

Obra: San Miguel de Lillo (Samiguel de Lliño) (Oviedo)
Fecha: Hacia el año 848 
Estilo: Prerrománico, periodo asturiano
Material: Piedra: sillarejo; sillar en esquinas y contrafuertes

Ramiro I ordenó construir esta iglesia hacia el año 848, muy cerquita del palacio –llamado ahora de Santa María- como parte de la residencia de reposo que creó en la falda sur del monte Naranco. Es, por tanto, una obra palatina. Todo indica que las dos obras fueron realizadas por el mismo arquitecto. Ha llegado mutilada hasta nuestros días, y sólo queda de pie una tercera parte, ya que la cabecera y parte de las naves sufrieron un derrumbamiento en fechas anteriores a 1115 que acabó con su triple ábside y tres tramos de la nave. Según las crónicas, se debió a sus elevadas bóvedas y las aguas de un arroyo cercano que socavaron los cimientos.
Tras las excavaciones realizadas, hoy se conoce bien su planta. Era una iglesia de planta basilical con tres naves, tres ábsides cuadrados de la misma profundidad pero más ancho el central que los laterales y un pórtico interior que soporta una tribuna real a la que se accede por dos escaleras situadas cada una en un compartimento lateral del pórtico. Estaba orientada de este a oeste, como es normal en las construcciones religiosas.
La iglesia estaba totalmente cubierta con una sola bóveda de cañón en su tramo central montada sobre arcos fajones reforzados por contrafuertes exteriores -como en Santa María del Naranco-. Se origina así una sensación de verticalidad que parece anticipar el arte románico.
En las naves laterales se utilizó un original sistema de cubrición. Cada uno de los tramos tiene una bóveda de cañón independiente. Los tramos más altos tienen la bóveda dispuesta perpendicularmente a la nave central, mientras que los tramos más bajos de la nave lateral, tienen la bóveda perpendicular al tramo más alto de la lateral. La gran altura que alcanzan están llevaron a usar la piedra toba, un material ligero, para su construcción, como ya se hizo en Santa María del Naranco. Era una estructura de gran originalidad para la época. Con esta disposición puede dar la falsa sensación de que la iglesia disponía de tres naves transversales, como si tuviera tres cruceros.
Cuando se contempla desde el exterior, aparce un diseño de volúmenes muy complejo debido a los contrafuertes y a las distintas alturas del pórtico, la nave central y los dos tipos de naves laterales.
La fachada principal es la más interesante de todo el prerrománico español porque es el primer intento de organizar una fachada monumental. En el muro del pórtico existen una gran puerta con arco de medio punto sobre jambas e impostas. Sobre su eje vertical hay dos grandes ventanas, -una de ellas actualmente tapiada-, y coronando la fachada, en la parte superior del muro de la nave, un rosetón. En las naves laterales también hay otras dos grandes ventanas.  Todas las ventanas están decoradas con celosías caladas en piedra y talladas con gran maestría.
Este modelo de iglesia rompe con la tendencia horizontal que domina en las iglesias del periodo anterior; por ejemplo en San Julián de los Prados. 
De hecho el conjunto del monte Naranco constituye una de las zonas más importantes de todo el arte prerrománico europeo. Sus soluciones se adelantaron tanto a su época que poco más tarde, en San Salvador de Valdediós, por ejemplo, no pudieron seguirse, por lo que para volver a encontrar construcciones con una estructura semejante hay que esperar al comienzo del arte románico, más de cien años después.
En diciembre de 1985 fue declarada Patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO.

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