miércoles, 6 de enero de 2010

El Bosco: El jardín de las delicias

Obra: Tríptico El jardín de las delicias
Autor: El Bosco
Fecha: Últimas décadas del XV o comienzos del XVI?
Estilo: Gótico flamenco
Técnica: Óleo sobre tabla
 
En el tránsito del XV al XVI se encuentran dos célebres pintores que señalan nuevas conquistas de la pintura flamenca: El Bosco y Joaquín Patinir.
El Bosco
(Jeroen van Aken, 1453-1516) es una de las personalidades más originales de todos los tiempos.
Sus cuadros tuvieron enorme aceptación en España. Felipe II reunió una importante colección de cuadros que se guardan actualmente en el Museo del Prado y El Escorial.
Su temática favorita es la debilidad humana, tan inclinada al engaño y a ceder a las tentaciones. La cultura popular se convierte en una de sus fuentes favoritas de inspiración. Los refranes, los dichos, las costumbres y leyendas, las supersticiones del pueblo le dieron múltiples temas para tratar en sus cuadros. Da a los objetos de uso cotidiano un sentido diferente y convierte la escena en un momento delirante, lleno de simbolismos. Sus cuadros están impregnados de un sentido de humor burlesco, a veces cruel, con la sociedad mendaz y estúpida de su época.
En rigor no censura, no es un verdadero moralista, sino un cronista caricaturesco.  Se comporta como un surrealista.
Para entender estos cuadros, lo primero es identificar los temas de sus tablas.

Su obra más ambiciosa es el tríptico El jardín de las delicias, que ha suscitado diversas interpretaciones
. El Bosco presenta tres escenas con un único denominador común: el pecado. Se inicia en el Paraíso (panel izquierdo), con Adán y Eva. El panel central muestra un Paraíso engañoso a los sentidos, un falso Paraíso entregado al pecado de la lujuria. Y como resultado de la actividad humana, se recibe el castigo en el Infierno (panel derecho).
Una vez identificados los temas, es necesario profundizar más en la iconografía de la tabla del Paraíso para poder avanzar en su significado. Y para terminar, habrá que hacer un análisis iconológico de lo que se representa. Esto tiene mayor dificultuad, pues muchos de los símbolos que emplea el Bosco hoy no son fáciles de entender.

Hendrik Mande, escritor místico holandés del XVI escribía a propósito de este cuadro: 
Aquellos que has visto danzando y jugando en las praderas verdes salpicadas de flores y árboles, son los que aspiran a los placeres de este mundo. Buscan la saciedad de los placeres de la carne y de los sentidos, y se aplican a seguir sus inclinaciones sensuales, Absortos en su frenesí, no saben que Dios existe; no creen más en Dios, ni en el cielo, ni en el infierno: Está escrito: el tonto dice que Dios no existe".

Para conocer algo más sobre el uso del óleo, leer la imagen Políptico de la Adoración del Cordero místico, de Van Eyck.

 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que obra tan original me encanta