Obra: Patio de los Evangelistas; San Lorenzo de El Escorial
Autor: Juan Bta. de Toledo (c.1515-1567) y Juan de Herrera (1530-1597)
Fecha: Siglo XVI; entre 1559-1584
Estilo: Renacimiento
Material: Piedra de granito
El claustro grande o Patio de los Evangelistas es una de las
partes más importantes de El Escorial desde el punto de vista
arquitectónico, tanto por las fachadas de las galerías del Claustro, diseñado por Juan Bautista de Toledo y variado por Juan de Herrera, como por el
Templete, obra de este último. Ocupa la zona oriental del convento.
Está organizado en dos
pisos con arcos de medio punto sobre pilares y semicolumnas adosadas. Se remata con una balaustrada en la que aparecen como elemento
decorativo las bolas de granito.
Repite el esquema romano del arco de triunfo. En
correcta superposición de los órdenes clásicos, coloca en el piso inferior el orden toscano y en el superior el orden jónico. Su organización parte
de los patios romanos renacentistas, pero los supera por su amplitud y
horizontalidad.
Este patio
es un canto a la austeridad decorativa, a la geometría, a la proporción, la definición misma de la
estética herreriana, tan cara al mundo renacentista
En el centro del clausto se encuentra el templete de los
Evangelistas, última obra de Juan de Herrera para el monasterio. El simbolismo del templete y el jardín hace alusión a la fuente de la Gracia y de la vida espiritual
(los cuatros Evangelios), y al jardín del Edén con los cuatro ríos nombrados por el Génesis que
riegan las partes del mundo.
El templete se presenta como un tholos clásico de estilo toscano. La estructura es del tipo de plan central con una planta seudoctogonal, pues está achaflanada por las esquinas. En todo su perímetro hay un
entablamento clásico, con su arquitrabe, su friso de triglifos y metopas, y una cornisa volada. Sobre el entablamento se sitúa una balaustrada. Una cúpula con tambor corona el edículo. Toda la parte exterior es de granito.
En los chaflanes se abren unos arcos pequeños con nichos que están ocupados por las estatuas, de tamaño mayor que el
humano real, de los cuatro evangelistas. En los lados
mayores del octógono se abren unos arcos de mayor tamaño. Todo el conjunto escultórico, realizado en
mármol blanco de Génova, se debe al cincel de Juan Bautista Monegro (c.1545-1621).
Cada evangelista está precedido por su correspondientes símbolo
(Mateo, el ángel; Marcos, el león; Lucas, el toro, y Juan, el águila).
Además, cada evangelista lleva en sus manos un libro abierto y, escrito en él,
un texto de su respectivo evangelio en
el idioma en que originalmente fuera escrito (Mateo en hebreo,
Marcos en latín,
Lucas en griego y Juan en siriaco).
El interior del templete está chapado con mármoles y jaspes rosas y grises.
La
relación con el templete de san Pietro in Montorio, levantado en Roma
por Bramante entre 1502 y 1510, parece evidente. La obra de Juan de
Herrera es una interpretación del la obra bramanesca cuando ya
en Roma no se llevaba este tipo de arquitectura.
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