Estilo: Árabe; periodo califal
Fecha: Siglo X
Dentro de la mezquita, la macsura, una de las partes más importantes del edificio religioso, es, ante todo, el espacio reservado para el soberano. El califa de Al-Ándalus, líder supremo a nivel político, militar y religioso, entraba a la mezquita por el sabat, un acceso privado, para no tener que pasar por el haram o sala de oración.
La macsura de Córdoba está formada por tres partes cubiertas con lucernarios cuya función es otorgar mayor luminosidad a la zona. Cada uno está cubierto por una falsa cúpula montada sobre trompas y con ventanas por las que entra la luz.
Aquí vemos la cúpula del lucernario central, el que está delante del mihrab. A derecha e izquierda se encuentran las dos portadas que dan paso al tesoro y al sabat y que datan de los años 965 y 971.
Arquitectónicamente vemos un nuevo tipo de cúpula llamada califal. Está
compuesta por ocho arcos de finos nervios estructurales que se entrecruzan, aunque no en
el centro, dibujando en su interior una cúpula de gallonada o de gajos. Va montada sobre trompas.
Las cupulas laterales siguen un esquema parecido. En la imagen ves una de ellas; la otra es muy semejante a esta.
Entre estas cúpulas de la mezquita de Córdoba y la fachada del mihrab suman doscientos metros cuadrados de mosaicos. No se ha conservado nada similar en España.
Al-Hakam II o Alhaquén II fue el segundo califa omeya de Córdoba y quiso emular las grandes obras que realizaron sus predecesores en las mezquitas de Damasco y Jerusalén, con mosaicos bizantinos muy parecidos a los que hoy vemos en Córdoba. Las teselas son de forma cuadrangular y apenas superan un centímetro en cada uno de sus lados. Están realizadas en pasta de vidrio, en caliza, en cerámica e incluso en mármol, y se han llegado a identificar diecinueve colores, entre los que destaca el oro, el rojo, el verde y el azul. Representan motivos vegetales, epigráficos y geométricos.
Las fuentes nos han permitido conocer que el propio al-Hakam II pidió ayuda al emperador de Bizancio para poder realizar esta maravillosa obra. El cronista Ibn ‘Idari nos dice: "En el año 965 se terminó la cúpula que dominaba el mihrab, trabajo que formaba parte de la ampliación de la mezquita. Fue en el mes de junio. Es este mismo año se llevó a cabo la instalación del mosaico que había enviado el rey de Bizancio. Al-Hakam le había escrito pidiéndole que le mandase un artesano, en imitación de los que había hecho el califa al-Walid ibn ‘Abd al-Malik en la construcción de la Mezquita de Damasco. Volvió la misión diplomática de al-Hakam con el artesano y con trescientos veinte quintales de teselas de mosaico que enviaba el rey de Bizancio como regalo. El califa ordenó albergar y tratar con toda generosidad al artesano, nombrando a un grupo de esclavos para que aprendiesen el oficio con él; se pusieron manos a la obra y pronto aprendieron e incluso superaron al maestro bizantino, de manera que éste volvió a su patria colmado de regalos por el califa, y los esclavos siguieron solos, demostrando que eran los más hábiles artesanos de la tierra."
No hay comentarios:
Publicar un comentario