Obra: Conjunto de la bóveda de la Capilla sixtina
Autor: Miguel Ángel [Michelangelo Buonarroti (1475-1564)]
Fecha: 1508-1512, bóveda
Estilo: Renacimiento
Técnica: Pinturas al fresco
Autor: Miguel Ángel [Michelangelo Buonarroti (1475-1564)]
Fecha: 1508-1512, bóveda
Estilo: Renacimiento
Técnica: Pinturas al fresco
El papa Julio II della Rovere quiso que Miguel Ángel repintara la bóveda de la capilla Sixtina con doce apóstoles en las pechinas. El techo de la capilla Sixtina, a 20 metros del suelo y con 40, 23 m. de largo por 13, 41 m. de ancho asustaría a cualquier pintor. Miguel Ángel, artista de solo 33 años y sin experiencia en la pintura al fresco, cree que la propuesta del papa es una "cosa pobre". Consiguió del papa poder pintar lo que quisiera, no sólo en el techo, sino también en las pechinas y en las lunetas. El tamaño gigantesco de las figuras y la dificultad de aplicar la
pintura en los techos curvos, conviertieron este fresco en una creación
excepcional, monumental que rompió los moldes del arte renacentista.
Lo primero que hizo Miguel Ángel para trabajar en aquel espacio tan grande fue organizar ese epacio. Para ello creo en la bóveda una quadratura o estructura arquitectónica
fingida para conseguir crear un espacio ilusionista y enmarcara así espacios principales del centro. Los elementos empleados (arcos fajones,
pilastras con esculturas de putti, cornisas en resalte,
arquivoltas y medallones) debían crear la ilusión óptica de que eran reales
para poder encajar en ellos las figuras.
En esa estructura situó las nueve Historias centrales del Génesis, con figuras a los lados de Desnudos (ignudi) que sostienen medallones (tondos) con escenas del Libro de los Reyes. En la base de la simulada arquitectónica situó a doce Videntes, Sibilas y Profetas, sentados en tronos monumentales a los que se contraponen más abajo los Antepasados de Cristo, representados en las enjutas y lunetos (en las paredes norte, sur y de entrada). Y por fin, en las cuatro pechinas angulares, representó algunos episodios de la milagrosa salvación del pueblo de Israel: la serpiente de bronce, el castigo de Amán, Judit y Holofernes y David y Goliat.
Para romper con la monotonía
Miguel Ángel creó una división rítmica en la bóveda donde cuatro grandes
pinturas horizontales están flanqueadas por cinco pequeñas escenas rodeadas de
ignudi que se sentaban sobre las pilastras fingidas y unos medallores que dan prominencia a
las cuatro escenas principales.
Él tema central, para el que posiblemente contó con la colaboración de teólogos de la corte papal, es, resumida, la Historia de la Salvación: el Dios del Antiguo Testamento, que crea el mundo y castiga al hombre por renegar del Señor. Esto lo expresa a través de nueve escenas del Génesis que se encuentran en la bóveda central. Están divididas en grupos de tres:
* Las que se
refieren al origen del universo (creación de la luz, creación del sol, la tierra y las plantas, y separación de las aguas de la tierra).
* Las referentes el hombre (creación de Adan, creación de Eva, escena del pecado y expulsión del paraíso).
* Las que se refieren al mal y sus consecuencias (sacrificio de Noé, el diluvio universal y la borrachera de Noé).
Los frescos de la Capilla Sixtina, y en especial la bóveda y las lunetas de Miguel Ángel, así como el Juicio, Final han sido objeto de numerosas restauraciones. La restauración llevada a cabo entre 1980 y 1994 ha sido la última y ha devuelto a la obra su original sentido cromático de colores vivos y luminosos, de gran intensidad y de carácter escultórico que utilizó Miguel Ángel y que nos remiten, no tanto a la belleza de las formas, como a la de los conceptos. Unas pocas muestras valen para apreciar el cambio sufrido en las pinturas.
El profeta Daniel antes y después de la restauración.
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