Obra: Políptico de la Adoración del Cordero místico
Autor: Los hermanos Hubert y Jan van Eyck
Fecha: 1432
Estilo: Gótico
Técnica: Óleo sobre tabla .
Este políptico fue encargado por el matrimonio formado por Jodocus Vyd y su esposa Isabel Borluut. Fue la mujer la que encargó el trabajo a Hubert Van Eyck, hermano mayor de Jan. Se ocupó en este trabajó desde 1424 hasta que le sorprendió la muerte en 1426, dejando la obra incompleta. Fue Jan, tal vez el primitivo flamenco más importante, quien, tras modificar la estructura original, la continuó logrando esta espléndida obra, la más completa y monumental del gótico flamenco.
Está pintado al óleo, la principal novedad técnica de la pintura flamenca. El óleo ya se conocía y usaba en pequeñas aplicaciones junto con el fresco y el temple. Pero Jan Van Eyck, junto con su hermano Hubert, perfeccionó la técnica al usar unos aceites y disolventes que permitían pintar completamente toda una tabla. El óleo permite además nuevas posibilidades artísticas decisivas en la Historia de la pintura. La precisión y el detallismo que se alcanza con el óleo llegan a límites increíbles; estos cuadros hay que verlos de cerca para poder apreciar el enorme trabajo que llevaba su realización. El detallismo se consigue porque el óleo tiene un secado lento y permite usar pinceles muy finos, incluso del tamaño de un cabello. Además, el óleo da al cuadro un colorido, brillo y luz que no se conseguía con el temple. La luz permite modelar las figuras logrando la tercera dimensión en la pintura.
El políptico fue encargado para presidir la capilla familiar situada en la iglesia de San Juan Bautista de Gante, que tiempo después se convertiría en la catedral dedicada a San Bavón. Esta familia estaba presidida por Jodocus Vyd, un burgués acomodado de la época, rico e influyente diplomático al servicio de Felipe el Bueno de Borgoña, burgomaestre de Gante y guardián de la Abadía de San Juan. Con la inversión en esta obra pretendía expiar las culpas de su padre a través de la dotación de la capilla y los cultos allí realizados. Cuando el políptico está cerrado, aparecen representados los dos comitentes, marido y mujer, de rodillas. Él está a mano izquierda y ella en el lado derecho. El auge de la nueva burguesía de funcionarios y mercaderes y su ascenso a la cultura y el arte permitió que a principio del siglo XIV naciera el retrato como género pictórico. Aunque reyes y nobles ya recurrían al retrato, la reafirmación del individuo que conlleva este género se debió al aumento de poder de los particulares adinerados. Los nuevos burgueses quisieron perdurar en las obras artísticas que encargaban apareciendo como donantes en el retablo religioso.
El análisis estilístico de la obra demuestra que trabajaron los dos hermanos. La realización de los paneles inferiores muestra un estilo más próximo al gótico internacional y fue la parte realizada por Hubert. Sus formas son más arcaicas y menos originales que las de su hermano Jan. Las figuras parecen no tener ninguna relación con el paisaje que las rodea y la composición utiliza la perspectiva de vista de pájaro propia de un gótico más primitivo.
La iconografía de la parte inferior está tomada del pasaje del cap. 7 del Apocalipsis en el que leemos: "Después de esto, vi que había una multitud tan grande que nadie no la habría podido contar. Eran gentes de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Permanecían de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de blanco y con palmas en las manos, proclamaban en voz alta: La salvación viene de nuestro Dios, que se sienta en el trono, y del Cordero". La identificación de Cristo con el Cordero degollado viene desde los orígenes del cristianismo, cuando aplican a Cristo el pasaje del Isaías, en el Antiguo testamento, en el que se lee: "Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca". Cristo (cordero sacrificado cuya sangre cae dentro del cáliz), purifica al Mundo.
A nuestra izquierda acuden en procesión los patriarcas del Antiguo Testamento y en las tablas laterales nos muestran la comunidad de los Santos representada según su trabajo en la tierra: los caballeros, hombres de guerra, que forman el ejército de Cristo que son seguidos por los jueces justos. A nuestra derecha aparecen los santos del Nuevo Testamento, algunos de pie y otros de rodillas. En las tablas más laterales vemos a monjes y eremitas seguidos por los peregrinos, que constituyen el grupo humano más admirado en la Edad Media. Están capitaneados por el gigante San Cristóbal.
En la tabla central están, al fondo a la izquierda, los representantes de la Iglesia: papas, obispos, sacerdotes y los confesores de la fe. En la derecha se representa a los mártires y las vírgenes, con las palmas del martirio y con las coronas de gloria: “Los que han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero”. Todos parecen salir del interior de un bosque profundo. Alrededor del altar hay un grupo de ángeles con los símbolos de la Pasión.
La parte superior del políptico fue pintada por Jan Van Eyck. La utilización de luces y sombras, claroscuro, indican una evolución en la técnica pictórica que diferencia a los dos hermanos Van Eyck. Aquí las figuras tienen una elaboración más cuidada, interesada en el volumen y tratando de dar tridimensionalidad a las figuras, como en las esculturas. Cristo está tocado con la tiara papal; a un lado la Virgen María coronada como reina del mundo, y al otro San Juan Bautista que, como María, está enmarcado por un nicho siguiendo el estilo de la tabla central. Es el tema oriental de la deesis bizantina. A ambos lados, ángeles músicos y cantores que cantan las alabanzas del Señor, en dos tablas, que aunque aisladas son ya unas auténticas obras de arte, encajan en el conjunto perfectamente con el tema representados en el conjunto del retablo de alabanza a Cristo. Representa a este coro de ángeles con la naturalidad de cualquier coro que cantara en las iglesias del siglo XV.
En las tablas laterales están Adán y Eva, dos figuras de cuidado volumen que impactaron en su época, no solo por tratarse de desnudos, sino por su perfección técnica en el tratamiento anatómico.
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