viernes, 28 de octubre de 2011

Tintoretto: El lavatorio de los pies

Obra: El lavatorio de los pies
Autor: Jacopo Comin [Jacopo Robusti] Tintoretto (1518-1594)
Fecha: 1548-1549
Estilo: Renacimiento; escuela veneciana
Técnica: Óleo sobre lienzo
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Esta escena del lavatorio de los pies que Cristo hace a los apóstoles es una obra de encargo que recibe Tintoreto para la iglesia de san Marcuola en Venecia. Tenía que hacer juego en la iglesia con otro cuadro con la escena de la Última cena situado justo enfrente. Era un encargo importante y el joven pintor se esmeró para demostrar su valentía en el arte y su dominio de las tendencias más actuales de su época. Realizó dos pinturas que destacan por la calidad de sus acabados.

El cuadro se ha inspirado en el pasaje del evangelio de san Juan 13,2-14 que dice así: "Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.» Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.» Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.» Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros".

El centro del cuadro está ocupado por la mesa de la cena y el anecdótico perro en primer plano. A ambos lados, se encuentran dos escenas, cuando menos graciosas y anecdóticas, como el ya mencionado perro o la escena, aparentemente trivial y poco decorosa, del apóstol ayudando a otro a quitarse las calzas y venido al suelo, o el apóstol de la derecha descalzándose sobre el banco.

Es en el extremo de la derecha dónde vemos el tema del cuadro: Cristo de rodillas lavando los pies a san Pedro mientras otro apóstol, (tal vez san Juan) sostiene un aguamanil. A la izquierda observamos la figura de gran tamaño de otro apóstol que aparece descalzándose. Encima de la cabeza de Cristo sitúa una habitación, en penumbra y con una perspectiva que no guarda relación con el resto del cuadro, en la que se vislumbra, más que ver pues es como un esbozo, la escena de la Última cena.

Así el Lavatorio tiene un significado teológico, pues es una metáfora de la purificación que debe preceder a la comunión. La vinculación iconográfica entre estos dos momentos (lavatorio y última cena) era algo bastante común. Pero en esta iglesia adquiría un mayor sentido. Aquí era donde el Dogo (el más alto cargo de la República de Venecia) solía lavar los pies a doce mendigos el día de Jueves Santo; un episodio que se convertía en una manifiesta exaltación de la humildad.

Todas estas escenas se sitúan en una sala con un fondo totalmente abierto desde el que se ve una arquitectura fantástica con referencias clásicas y entre la que corre un canal con barca incluida, evocación clara de Venecia.

El espacio está representado por medio de una forzada perspectiva lineal en la que el punto de fuga se coloca muy desplazado del centro de la imagen, dentro del arco de triunfo de la izquierda del cuadro. Llama la atención la perspectiva del cuadro y la situación de Cristo dentro de él. Esto se debe a que Tintoretto sabía que el cuadro iba a estar situado en el muro lateral del ábside. Por eso pinta en función del fiel situado en la nave de la iglesia. De esta manera, conseguía aproximar y destacar al fieles que estaba en dicha iglesia la imagen de Cristo y de los dos apóstoles que lo acompañan. Así Cristo queda cerca del espectador, con lo que toma el protagonismo que le corresponde en el cuadro. La mesa, el diseño de las losas del suelo y la forzada perspectiva generaban, además una efectista sensación de profundidad espacial .

Los pintores venecianos manieristas se distinguirán, siguiendo el ejemplo de Tiziano, por la importancia concedida al color, que es en éstos el elemento configurador de la imagen pictórica, y no el dibujo, y por la mayor soltura en la aplicación de la pintura, lo que redundará en una mayor valoración de lo pictórico. Así, Tintoretto usa una gama de colores es amplia; basta ver cómo combina colores cálidos (como los rojos, rosas, carnes y marrones y fríos (como los azules) y los distintos grados de saturación de éstos. La luz que parece bañar la escena es difusa y crea en esta ocasión un claroscuro bastante acusado que genera una gran sensación de volumen tanto en la figuras como en la arquitectura en la que éstas se sitúan.

Este trabajo, atrevido en las perspectivas y la preponderancia del color sobre el dibujo, como corresponde a la tradición de la escuela veneciana, nos indica que Tintoretto fue un gran admirador de Miguel Ángel y de Tiziano, del que fue discípulo. En su estudio figuraba un cartel con este lema: el dibujo de Miguel Ángel y el color de Tiziano. Para terminar, conviene resaltar que la soltura y precisión en la aplicación de las pinceladas, el gusto por el color exuberante, las composiciones complejas y con perspectivas a menudo forzadas de Tintoretto tuvieron una extraordinaria influencia en la pintura barroca posterior.

jueves, 27 de octubre de 2011

Colegiata de santa Juliana



Obra: Colegiata de santa Juliana (Santillana del Mar. Cantabria)
Fecha: Entre la segunda mitad de XI y la primera mitad del XII
Estilo: Románico
Material: Piedra

El esquema constructivo presenta una iglesia de planta basilical orientada hacia el este con tres naves y transepto. Los brazos de este no sobresalen de los muros laterales por lo que no se aprecian desde el exterior, pero sí en la vista aérea. La nave central es de mayor anchura que las laterales e igual a la del transepto. De esta manera, el crucero presenta planta cuadrada.
Tiene tres ábsides semicirculares escalonados que se abren directamente al crucero. 
Posee un cimborrio cuadrado sobre el crucero con dos niveles que tienen en su nivel inferior ventanales y óculos alternando en sus caras. En el nivel superior hay galería de arquillos pareados decorados de columnillas y capiteles.
Una pequeña torre cilíndrica completa la parte de la basílica. A los pies de la nave principal se levantó una torre campanario de planta cuadrada que al exterior es de similar aspecto que la que se yergue sobre el crucero, dando una imagen de simetría a quien observa la iglesia desde la fachada meridional. Es un añadido posterior que posiblemente anuló la puerta oeste del templo, posiblemente con muy buena decoración, a juzgar por el pantocrátor y otros restos que se encuentran hoy en el lugar.
Se completa el conjunto con el claustro adosado, único en Cantabria, en el lado norte del siglo XII y comienzos del XIII. El ala este es del siglo XVI y no sigue ya las directrices románicas.
En sus orígenes constituyó un monasterio benedictino. A partir del siglo XI se instaló una comunidad de canónigos de san Agustín y pasó a ser colegiata. Fue un momento de crecimiento apoyado en la ayuda de la nobleza, pasando a ser el templo más importante de Cantabria. 
Este monasterio de Santillana del Mar tuvo su origen, posiblemente, en los primeros años de la repoblación o a lo largo del siglo IX. Las semejanzas de esta construcción con las de san Isidoro de León o de san Martín de Frómista hacen pensar que se habría construido entre mediados del siglo XI y la mitad del XII. Tal vez fuera en tiempos de Fernando I, primer rey de Castilla, que concede en 1045 un fuero a la abadía. Lo más interesante de esta construcción es el capítulo escultórico que se encuentra en el claustro.
Con diversas reformas y añadidos, se ha mantenido bastante bien hasta nuestros días. La fachada sur de la colegiata sufrió reformas en los siglos XVII y XVIII que enmascaran su original aspecto. Una galería de quince arquillos se superpuso a la nave sur; también se colocó un frontón renacentista que corona el cuerpo avanzado que contiene la portada. La sacristía oculta buena parte del brazo sur del crucero. A pesar de todo, el equilibro entre formas y estilo hace que no sea difícil hacerse una idea de cómo fue este templo en sus orígenes.

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Obra: Colexiata de santa Xuliana (Santillana do Mar - Cantabria)
Data: Entre a segunda metade de XI e a primeira metade do XII
Estilo: Románico
Material: Pedra

O esquema construtivo presenta unha igrexa de planta basilical orientada cara ao leste con tres naves e transepto. Os brazos deste non sobresaen dos muros laterais polo que non se aprecian desde o exterior, pero si na vista aérea. A nave central é de maior anchura que as laterais e igual á do transepto. Deste xeito, o cruceiro presenta planta cadrada.
Ten tres ábsidas semicirculares graduadas que se abren directamente ao cruceiro. Posúe un ciborio cadrado sobre o cruceiro con dous niveis que teñen no seu nivel inferior ventás e “óculos” alternando nas súas caras. No nivel superior hai galería de arquiños por pares decorados de columniñas e capiteis.
Unha pequena torre cilíndrica completa a parte da basílica. Aos pés da nave principal levantouse unha torre campanario de planta cadrada que ao exterior é de similar aspecto que a que se ergue sobre o cruceiro, dando unha imaxe de simetría a quen observa a igrexa desde a fachada meridional. É un engadido posterior que posiblemente anulou a porta oeste do templo, posiblemente con moi boa decoración, a xulgar polo pantocrátor e outros restos que se atopan hoxe no lugar.
 Complétase o conxunto co claustro encostado, un claustro único en Cantabria, no lado norte, do século XII e comezos do XIII. A ala este é do século XVI e non segue xa as directrices románicas
 Nas súas orixes constituíu un mosteiro bieito. A partir do século XI instalouse unha comunidade de cóengos de santo Agostiño e pasou a ser colexiata. Foi un momento de crecemento apoiado na axuda da nobreza, pasando a ser o templo máis importante de Cantabria. Este mosteiro de Santillana do Mar tivo a súa orixe, posiblemente, nos primeiros anos da repoboación ou ao longo do século IX. As semellanzas desta construción coas de santo Isidoro de León ou de san Martiño de Frómista fan pensar que se construíu entre mediados do século XI e a metade do XII. Talvez fora en tempos de Fernando I, primeiro rei de Castela, que concede en 1045 un foro á abadía. O máis interesante desta construción é o capítulo escultórico que se atopa no claustro.
 Con diversas reformas e engadidos, mantívose bastante ben ata os nosos días. A fachada sur da colexiata sufriu reformas nos séculos XVII e XVIII que enmascaran o seu orixinal aspecto. Unha galería de quince arquiños superpúxose á nave sur; tamén se colocou un frontón renacentista que coroa o corpo avanzado que contén a portada. A sancristía oculta boa parte do brazo sur do cruceiro. Malia todo, o equilibro entre formas e estilo fai que non sexa difícil facerse unha idea de como foi este templo nas súas orixes.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Tiziano: Carlos V en Mühlberg


Obra: Carlos V en Mühlberg
Autor: Tiziano Vecellio (1477-1576)
Fecha: 1548
Estilo: Renacimiento; escuela veneciana
Técnica: Óleo sobre lienzo
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Este cuadro al óleo es el retrato que Tiziano, pintor veneciano, realiza al rey Carlos I de España y V de Alemania. Pinta una figura, a la vez simbólica e impactante del emperador, montando a caballo sobre la ribera del río Elba.

Dos cosas cuidaba sobre todo la escuela de pintura veneciana: el color y la luz, con una pincelada amplia y decidida; y eso, por encima del dibujo. Tiziano usa esta técnica colorista propia de la pintura veneciana.

Esto se aprecia en la armadura (que se conserva en el Museo de la Armería del Real Palacio de Madrid), en la que los brillos metálicos y las sombras están dados con total precisión, incluso con gran detalle, como se ve cuando nos detenemos en esa zona del cuadro, o en el arnés del caballo. Pero sobre todo se nota en la iluminación y sentido atmosférico del paisaje en el que ha situado al personaje. Un paisaje que está iluminado por las luces del crepúsculo, con lo que se crea un ambiente de serenidad y silencio.

En el parte derecha se observan las brumas, una pequeña construcción y las ciénagas y estanques que hoy día se siguen dando en la ribera del Elba, donde se libró la batalla.

El sabio manejo del color se constata claramente en el uso del rojo, en sus distintas gamas, en la banda de general y en el penacho que remata el morrión de triple cresta del emperador, en el penacho que adorna la cabeza del caballo y en los reflejos dorados de la gualdrapa del caballo.

La calidad del cromatismo se sigue observando en los colores castaños de los árboles y en los magníficos celajes grises y anaranjados de las nubes del fondo.

Tiziano, que en este momento tiene 70 años, está dando los primeros pasos de lo que será su última etapa en la que hay una acentuación mayor de los valores pictóricos y cromáticos sobre los dibujísticos, como se dijo antes. Es ilustrativa a este respecto la anécdota (se refiere a Dánae recibiendo la lluvia de oro, pero valdría para este cuadro que comentamos) que tuvo lugar en el Vaticano durante la visita que realizó Tiziano a Roma en 1546 y que Vasari relata así: "Un día en que Miguel Ángel y Vasari fueron a ver a Tiziano del Belvedere (donde se alojaba), vieron un cuadro que había hecho de una mujer desnuda representando a Dánae, que tenía en su regazo a Júpiter en forma de lluvia de oro, y se la alabaron mucho, como se suele hacer en presencia del autor. Después, cuando se hubieron alejado, hablando del estilo del Tiziano, Buonarroti lo alabó bastante diciendo que le agradaba mucho su colorido y su estilo, pero que era un pecado que en Venecia no se aprendieses desde el principio a dibujar bien y que los pintores no tuvieran estudios más firmes".

La ausencia de expresión en el rostro de Carlos nos remite a su idea de un emperador estoico y a la imagen propagandística que en ese momento interesaba desarrollar, que no era otra que la de un personaje pacífico. Sin embargo, el uso del morrión de triple cresta, la lanza corta de combate, la pistola de arzón y la ya mencionada media armadura, proporcionan un tono «real» a la pintura, prodigiosa construcción, por tanto, de una imagen a la vez que mitificadora y simbólica, directa y realista.

Es un retrato ecuestre que recoge dos tradiciones representativas de cómo se entendía en la corte al emperador. Carlos a caballo nos acerca al “miles christi” (soldado de Cristo) de tradición cristiana, de san Pablo y de Erasmo de Róterdan; en el cuadro está también presente el concepto de la universitas christiana”. Es decir, el emperador lucha por una Europa cristiana que ha sido rota por la reforma protestante de Lutero. Pero también se relaciona esta imagen con el retrato ecuestre del emperador romano Marco Aurelio, única obra conservada de la antigüedad clásica y modelo indudable de Tiziano.

La obra une, por tanto, dos antigüedades: la cristiana y la clásica, en las que Carlos V pretendía fundamentar no solo su poder político, sino incluso el de la dinastía de los habsburgos. El emperador es representado no como un campeón del catolicismo o un arrogante vencedor de sus propios súbditos, sino como un reconciliador capaz de gobernar un heterogéneo conjunto de estados y religiones. Debido a todo ello, el cuadro presenta al emperador como figura aislada y no hay ninguna alusión directa a la batalla.

La escisión protestante no era sólo religiosa, sino también política en el seno del Sacro Imperio Romano Germánico, y Carlos era el emperador de este Imperio. Los opositores al emperador Carlos V formaron la Liga de Esmalcalda y desafiaron la autoridad imperial. Carlos y su hermano el archiduque Fernando se unieron para combatir contra la Liga. Precisamente el cuadro celebra la batalla en la ciudad de Mühlberg en la que Carlos V ganó a los príncipes alemanes. Tiziano, a instancias del emperador, realiza la obra allí mimo, junto al Elba. Es el primero de los dos viajes que realizó Tiziano fuera de Venecia.

La creación de este prototipo de retrato ecuestre abre el camino, por su influencia, a los retratos ecuestres del barroco (Rubens, Velázquez) o de Goya.

martes, 25 de octubre de 2011

Palladio: Villa Capra


Obra: Villa Capra o La Rotonda
Autor: Andrea Palladio (1508-1580)
Fecha: XVI, segunda mitad
Estilo: Manierismo

Villa Capra (también Villa Rotonda) es una villa campestre diseñada por Palladio para el sacerdote y conde Paolo Almerico; está situada en las afueras de la ciudad de Vicenza (Italia). El nombre Capra deriva del apellido de dos hermanos que completaron el edificio a partir de 1591.
Esta casa se convertirá en un prototipo arquitectónico, estudiado e imitado durante los siguientes cinco siglos. Pero ella misma tiene sus antecedentes en el mundo clásico, como el templo romano o el Panteón.
Para llegar a entender el significado de esta obra hay que mirar un poco hacia atrás en el tiempo. La villa (casa de campo para entendernos) no es un invento tipológico romano: ya existían en forma más o menos rudimentaria en Egipto, Babilonia y Persia. Pero su difusión y desaaerrollo sí se debió a Roma. Para Vitruvio la casa suburbana era un complejo que constaba de dos partes: la de servicio a la agricultura (apriscos, almazaras, despensas, almacenes, etc.), zona necesaria e imprescindible; y la de residencia, para cuyos locales recomienda seguir las indicaciones dadas para los edificios de la ciudad.
En la segunda mitad del siglo XV reaparece en Italia este nuevo tipo de arquitectura suburbana surgido al interpretar tipologías existentes y al recuperar los conceptos y teorías de Vitrubio y Plinio sobre las casas y villas.  Alberti en su De Re Aedificatoria (1485) ya se ocupó de la villa. Serlio, arquitecto manierista del XVI, también dedicó varias páginas de su Trattato a las villas. Estas construcciones que se realizan a lo largo del XVI se caracterizan por hechos que preludian algunas de las soluciones de Palladio: la simetría axial, que se hace incluso más patente con la duplicación de las escaleras; la aparición de un gran salón central con cierta tendencia a convertirse en rotonda; y, finalmente, la nitidez cúbica de los volúmenes proyectados.
La Rotonda, o villa Capra, presenta un nuevo tipo de villa basado en la centralidad de la planta, cubierta con una cúpula central, en cuyas cuatro caras superpuso cuatro pronaos iguales alzando toda la construcción sobre un podium que la convierte en la primera villa-templo de la historia. Es un edificio cuadrado, completamente simétrico e inscripto en un círculo perfecto. Describir la villa como "Rotonda" (redonda) es técnicamente incorrecto, ya que la planta del edificio no es circular, sino que puede ser definida como la superposición de un cuadrado y una cruz griega.
 
 

Palladio en I Quattro Libri dell' Architettura (1570), sobre todo en el Libro II que trata sobre la casa privada en la ciudad y en el campo (villa), entiende que la villa se compone de dos clases de edificios, aceptando la doble función señalada por Vitruvio; sin embargo añade como nueva idea la concepción unitaria de la villa, ya que la parte dedicada a menesteres agrícolas debe formar un conjunto con la casa del señor. El resto de las consideraciones son análogas a las de Alberti, tanto las referentes a la elección del sitio, como a la ubicación de los distintos locales.
Cada una de las cuatro fachadas presenta un volumen avanzado con una galería, (loggia) a la que se accede mediante amplias escalinatas externas (podium). Cada galería está enfatizada por su pronaos, todos iguales, hexástilo y de orden jónico. Sobre el entablamento clásico (arquitrabe, friso y cornisa) levanta el frontón decorado con esculturas que representan divinidades griegas clásicas. Cada logia está flanqueada por una ventana simple.
Cada uno de los cuatro ingresos principales, después de atravesar un corto pasillo o corredor, conduce a la sala central, cubierta por una cúpula, centro neurálgico de la composición, a la que Palladio imprime fuerza centrífuga y vinculación con el exterior mediante los cuatro pronaos jónicos y las cuatro escalinatas.
La villa resulta así en una arquitectura abierta, relacionada con la ciudad y el campo circundante. La decoración usada es clásica y fundamentalmente arquitectónica compuesta por cornisas, frontones, óculos... Hasta las propias esculturas acroteras se adaptan al ritmo de proporciones, continuando los ejes ya creados por las columnas. En general, predomina lo estructural, con un muro poco articulado, en donde se busca las cualidades volumétricas y sus relaciones.
Palladio pensó cubrir la sala central con una cúpula semiesférica, pero, a su muerte, Scamozzi proyectó una cúpula más baja, con un óculo (que debía ser a cielo abierto) inspirándose en el Panteón romano, pero que terminó siendo una linterna. 
La influencia de Palladio fue muy importante en Inglaterra y, a través de ella, en los Estados Unidos, lugar en el que el neopalladianismo perdura hasta casi los años finales del siglo XIX, especialmente en las casas señoriales del sur.


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Obra: Vila Capra ou A Rotonda
Autor: Andrea Palladio (1508-1580)
Data: XVI, segunda metade
Estilo: Manierismo

Vila Capra (tamén Vila Rotonda) é unha vila campestre deseñada por Palladio para o sacerdote e conde Paolo Almerico. Está situada nos arredores da cidade de Vicenza (Italia). O nome Capra deriva do apelido de dous irmáns que completaron o edificio a partir de 1591.
Esta casa converterase nun prototipo arquitectónico, estudado e imitado durante os seguintes cinco séculos. Pero ela mesma ten os seus antecedentes no mundo clásico (templo romano, Panteón).
Para chegar a entender o significado desta obra hai que mirar un pouco cara atrás. Aínda que a vila (casa de campo para entendernos) non é un invento tipolóxico romano, pois xa existían en forma máis ou menos rudimentaria en Exipto, Babilonia e Persia, si se debeu a Roma a súa difusión e desenvolvemento. Para Vitrubio a casa suburbana era un complexo que constaba de dúas partes: a de servizo á agricultura (curros, muíño aceiteiro, despensas, almacéns, etc.), zona necesaria e imprescindible; e a de residencia, para cuxos locais recomenda seguir as indicacións dadas para os edificios da cidade.
Na segunda metade do século XV reaparece en Italia un tipo novo de arquitectura suburbana xurdido como unha interpretación clásica de tipoloxías existentes, e nas que se recuperaban os conceptos e teorías de Vitrubio e Plinio sobre as casas e vilas. A vila Medici en Poggio a Caiano, construída por Giuliano da Sangallo para Lorenzo o Magnífico, é o primeiro intento de recuperación da vila dos antigos romanos a partir das descricións clásicas e na que xa están presentes as formulacións vitrubianas: servir de residencia do propietario e de sitio onde desenvolver a actividade agrícola. Alberti no seu De Re Aedificatoria (1485) xa se ocupou da vila asumíndoa segundo a interpretación vitrubiana. Serlio, arquitecto manierista do XVI, tamén dedicou varias páxinas do seu Trattato ás vilas. Estas construcións, e outras máis que se realizan ao longo do XVI, caracterízanse por feitos que preludian algunhas das solucións de Palladio: a simetría axial, que se fai ata máis patente coa duplicación das escaleiras; a aparición dun gran salón central con certa tendencia a converterse en rotonda; e, finalmente, a nitidez cúbica dos volumes proxectados.
Palladio en I Quattro Libri dell' Architettura (1570), sobre todo no Libro II que trata sobre a casa privada na cidade e no campo (vila), entende que a vila se compón de dúas clases de edificios, aceptando a dobre función sinalada por Vitrubio; con todo engade como nova idea a concepción unitaria da vila, xa que a parte dedicada a mesteres agrícolas debe formar un conxunto coa casa do señor. O resto das consideracións son análogas ás de Alberti, tanto as referentes á elección do sitio, como á situación dos distintos locais. A Rotonda, ou vila Capra, presenta un novo tipo de vila baseado na centralidade da planta, cuberta cunha cúpula central, en cuxas catro caras superpuxo catro pronaos iguais alzando toda a construción sobre un podium que a converte na primeira vila-templo da historia. É un edificio cadrado, completamente simétrico e inscrito nun círculo perfecto. Describir a vila como "Rotonda" (redonda) é tecnicamente incorrecto, xa que a planta do edificio non é circular, senón que pode ser definida como a superposición dun cadrado e unha cruz grega.
Cada unha das catro fachadas presenta un volume avanzado cunha galería, (loggia) á que se accede mediante amplas escalinatas externas (podium). Cada galería está salientada polo seu pronaos, todos iguais, hexástilo e de orde xónica. Sobre o entaboamento clásico (arquitrabe, friso e cornixa) levanta o frontón decorado con esculturas que representan divindades gregas clásicas. Cada galería está flanqueada por unha ventá simple.
Cada un dos catro ingresos principais, logo de atravesar un curto corredor, conduce á sala central, cuberta por unha cúpula, centro neurálxico da composición, á que Palladio imprime forza centrífuga e vinculación co exterior mediante os catro pronaos xónicos e as catro escalinatas.
A vila resulta así nunha arquitectura aberta, relacionada coa cidade e o campo circundante. A decoración usada é clásica e fundamentalmente arquitectónica composta por cornixas, frontóns, óculos... Ata as propias esculturas acroteras adáptanse ao ritmo de proporcións, continuando os eixes xa creados polas columnas. En xeral, predomina o estrutural, cun muro pouco articulado, onde se buscan as calidades volumétricas e as súas relacións.
Palladio pensou cubrir a sala central cunha cúpula semiesférica, pero, á súa morte, Scamozzi proxectou unha cúpula máis baixa, cun óculo (que debía ser ao descuberto) inspirándose no Panteón romano, pero que terminou sendo unha lanterna. A influencia de Palladio foi moi importante en Inglaterra e, a través dela, nos Estados Unidos, lugar no que o neopalladianismo perdura ata case os anos finais do século XIX, especialmente nas casas señoriais do sur.