Obra: Arco de Tito
Fecha: Siglo I d.C. (año
81)
Estilo: Romano, periodo
imperial
Técnica: Mármol
El
arco de triunfo de Tito es el más antiguo
de los que se conservan en Roma. Está montado sobre un alto podio o basamento, sobre el que se alza el muro, principal elemento sustentante. A
él se adosan unas semicolumnas de
carácter decorativo rematadas con el capitel
compuesto. El vano central está formado por un arco de medio punto.
Como
novedad romana, se une el sistema de
arco, de fuerzas laterales, inspirado en obras etruscas, y el sistema adintelado, de fuerzas
verticales, de inspiración griega. En el fondo, esto es una contradicción, pues
cada uno presenta fuerzas de distinto signo. Sin embargo, el romano, con su
originalidad, sabrá sacar de esta forma gran partido; basta ver cómo se aplica
este esquema de arco de triunfo en
la fachada del Coliseo, por ejemplo.
Se
trata de un arco sencillo, sobre
todo comparado con los más monumentales que se levantarán después, los de
Septimio Severo y Constantino. A pesar de ello resulta de gran elegancia y notoriedad, con sus más de 15
metros de altura.
La
decoración del conjunto, sobre todo
la escultórica, es muy interesante. En las enjutas,
espacios comprendidos entre el arco, el dintel y la columna o el muro, están
esculpidas unas Victorias que llevan
estandartes y se lanzan hacia la piedra clave.
En el entablamento, el arquitrabe tiene tres bandas sencillas. En el friso
se representa el desfile triunfal de
las tropas romanas,
La cornisa soporta el ático. Aquí se lee y, es original, la dedicatoria del arco al Divino Tito Vespasiano Augusto que realiza
el Senado y el pueblo romano.
SENATVS
POPVLVSQVE·ROMANVS
DIVO·TITO·DIVI·VESPASIANI·F(ILIO)
VESPASIANO·AVGVSTO
POPVLVSQVE·ROMANVS
DIVO·TITO·DIVI·VESPASIANI·F(ILIO)
VESPASIANO·AVGVSTO
Que traducido, dice: «El senado y el pueblo romano [lo dedican] al divino Tito Vespasiano Augusto, hijo del divino Vespasiano».
El intradós
de la bóveda de cañón está adornado con
casetones cuadrados. En lo alto del intradós del arco un relieve muestra a Tito transportado
por un águila a los cielos, una clara alusión a su apoteosis
(divinización después de la muerte).
En
los relieves que se encuentran en dos
frisos en el interior del arco, a
derecha e izquierda, se relatan varias hazañas de Tito. En uno de ellos se
recuerda la victoria de Tito sobre los
judíos, cuando aún era lugarteniente de su padre, Vespasiano. No fue fácil
aquella campaña y supuso una satisfacción el triunfo sobre el nacionalismo
judío, que fue aplastado definitivamente. Con ello se forzó al éxodo al pueblo
judío, se destruyó Jerusalén y su Templo, cuyo botín se trasladó a Roma entre
grandes festejos. En el otro relieve se narra la llegada a las puertas de Roma del emperador con los trofeos sagrados
conquistados a los judíos para exhibirlos como botín. Estos relieves son un paradigma
del relieve histórico romano.
El arco nos da una de las pocas representaciones de los objetos del Templo. La menorá (candelabro de siete brazos) y las trompetas están representadas con claridad. Se convirtieron en símbolo de la diáspora judía. La menorá representada en el arco fue el modelo para la menorá del emblema del estado de Israel.
Los
arcos de triunfo y las columnas monumentales son las dos construcciones más
características de la arquitectura
conmemorativa romana. Esta construcción responde a una tradición antigua,
cuando el Senado romano los erigía para celebrar los triunfos militares y las
victorias de sus generales más famosos. La mayoría eran de carácter provisional y servían para potenciar escenográficamente a
su paso el desfile de las tropas victoriosas. Posteriormente tomarán un carácter conmemorativo, por lo que se construirán
con intención de perdurabilidad, y
por tanto con materiales nobles como el mármol o la piedra.
Aunque
su cronología es discutida, parece que fue realizado hacia el 81 d.C., poco
después de la muerte de Tito. El arco fue incorporado durante la Edad Media a la
fortificación de la ciudad de Roma, lo que contribuyó a su conservación. En el siglo
XVII se encontraba en un estado ruinoso, y tan solo se conservaba el arco
central con los relieves dañados tal como se aprecia en el grabado de Giovanni Battista Piranesi en1725. Fue restaurado por primera vez a comienzos
del siglo XIX.
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