Obra: Hermes con Dionisos
niño
Autor: Praxíteles
Estilo: Griego, 2º periodo
clásico
Fecha: Siglo IV a.C.,
primera mitad
Material: Mármol
Praxíteles, el escultor
más famoso del siglo IV a.C., realizó esta obra en torno al 343 a.C. Pertenece
al segundo período de la escultura clásica griega. Narra un tema mitológico,
en el que Hermes (Mercurio en Roma), dios mensajero, lleva a su hermanastro Dionisos (Baco en Roma), dios del vino y de la fiesta, a que lo cuiden las ninfas. En
un alto en el camino Hermes ofrece al dios del vino un racimo de
uvas que el pequeño quiere alcanzar con su mano.
El grupo escultórico se caracteriza por el naturalismo y realismo de la anatomía de las figuras. Se observa en la figura la llamada curva
praxiteliana, un elegante contraposto que hace a la figura más
graciosa. La postura que se obtiene así es de cierta languidez, cierta
dulzura femenina.
Está apoyado en un tronco tapado con
unas telas, sistema utilizado para hacer más estable a una figura de
mármol que debería aguantar, de otro modo, demasiado peso sobre los
tobillos.
Hay una preocupación por la belleza formal:
anatomía proporcionada, armónica, sensual. La luz juega un papel
importante, pues modela suavemente el cuerpo desnudo del dios.
En la espalda tiene las marcas de los golpes de
raspa y del cincel y en el resto de la escultura sólo está pulida de
manera parcial. Esto ha llevado a pensar que la obra es original.
A pesar de ser dioses, están tratados
con menos dignidad y seriedad que en el siglo V a.C., pero se crea una imagen mucho más cercana y humana de los dioses en el espectador. Hay un carácter
anecdótico y juguetón entre el dios y el niño; la
misma acción de ofrecer el racimo de uva al niño, contribuye a dotar de
un tono lúdico y amable que ayuda a crear una imagen más humana de las
divinidades.
Pausanias nos cuenta que era un
exvoto del templo de Olimpia y allí mismo fue encontrado el grupo en 1877. Se trata de uno de los pocos originales griegos que han llegado hasta nosotros.
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Praxíteles, o escultor
máis famoso do século IV a.C., realizou esta obra por volta do 343 a.C.
Pertence ao segundo período da escultura clásica grega. Narra un tema
mitolóxico, no que Hermes leva ao seu medio irmán Dionisos a que o coiden
as ninfas; nun alto no camiño, Hermes ofrece ao deus do viño, Dionisos, un acio
de uvas que o pequeno quere alcanzar coa súa man.
Obsérvase na figura a
chamada curva praxiteliana, un elegante contraposto que fai á
figura máis graciosa. A postura que se obtén así é de certa languidez,
certa dozura feminina.
Está apoiado nun tronco
tapado cunhas teas, sistema utilizado para facer máis estable unha figura
de mármore que debería aguantar, doutro xeito, demasiado peso sobre os
nocellos.
Hai unha preocupación
pola beleza formal: anatomía proporcionada, harmónica, sensual. A luz
xoga un papel importante, pois modela suavemente o corpo espido do deus.
Nas costas ten as marcas dos golpes de raspa e do cincel e no resto da escultura só está puída de maneira parcial. Isto levou a pensar que a obra é orixinal.
A pesar de ser deuses,
están tratados con menos dignidade e seriedade que no século V a.C. Hai
un carácter anecdótico e rebuldeiro entre o deus e o neno. Pausanias cóntanos
que era un exvoto do templo de Olimpia e alí mesmo foi atopado o grupo en 1877. É un dos poucos orixinais gregos que chegaron ata nós.
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