viernes, 4 de julio de 2008

Panteón de Roma: interior


Obra: El Panteón
Estilo: Romano, periodo imperial
Fecha: Siglo II d.C.; entre el 128-125
 
El Panteón fue en origen un templo consagrado a las siete divinidades celestes de la mitología romana: el Sol, la Luna, y los cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno). Cada uno de ellos tenía asignado una de las siete capillas del interior. Además, la propia sala circular era una esfera perfecta, representación de la concepción cosmogónica de Platón. Para este filósofo griego el círculo es la forma perfecta que no tiene principio ni fin, y por tanto, el símbolo del universo y de la divinidad.

El edificio estaba concebido para unir al hombre con la divinidad (el óculo central de la cúpula comunica el mundo terrenal con el cielo), pero sobre todo con el emperador, proclamado dios a los ojos del pueblo. A la función religiosa hay que añadir también la política; su magnificencia se convertía en un testimonio del poder y la gloria de Roma.
Ya hubo en este lugar un templo en tiempos de Agripa para colocar en él los diferentes dioses que había en Roma. Tras varias vicisitudes, el templo fue reconstruido completamente en tiempos de Adriano. Por las marcas encontradas en los ladrillos se sabe que fue construido entre el 123 y 125 d.C. El proyecto se atribuye a Apolodoro de Damasco, arquitecto oficial de Trajano. El que lo hizo supo aunar con brillantez la tradición helenística y las concepciones típicamente romanas.
En el siglo VII se convirtió en iglesia dedicada a Santa María ad Martyres transformando en altares los nichos laterales. 

En el interior nos encontramos un cuerpo cilíndrico formado por una serie de columnas y pilastras corintias que soportan un entablamento roto por el gran ábside semicircular integrado en el tambor y situado frente a la entrada principal. Entre las columnas y pilastras hay nichos y hornacinas separadas por cuerpos macizos delante de los cuales aparecen altares con imágenes.
El cuerpo superior del tambor ofrece alternativamente macizos cuadrados y vanos rectangulares remarcados por una nueva alternancia: frontones triangulares sobre los rectángulos y rectángulos sobre los cuadrados.


La cúpula está decorada con casetones de tamaño escalonado que disminuyen sus proporciones a medida que se acercan al óculus, orificio circular de 8,92 m. de diámetro y la única fuente de luz a una altura de 43,5 m. Para aliviar el peso de la cúpula se utilizó el hormigón mezclado con materiales ligeros como cascotes de tufo (piedra volcánica, porosa, de poco peso) y escoria volcánica. Los casetones unían la función técnica a la decorativa
Para reforzar su estructura se utilizaron capas horizontales de ladrillos a modo de anillos concéntricos y dieciséis nervios que, bajo el artesonado, unen el anillo del óculus con los arcos de descarga del tambor. 
La perfección y la monumentalidad de esta obra, como todas construidas en tiempos de Adriano, son un reflejo de la estabilidad y prosperidad de su mandato.

La planta del templo presenta un esquema innovador dentro de las construcciones de tipo religioso romano.
El pórtico de entrada es tan grande que se convierte en un pronaos propio de un templo clásico rectangular greco-romano. La cella, sin embargo, es una amplia rotonda circular, más propia de un tholos griego.
Es octástilo (ocho columnas en la fachada); además tiene cuatro columnas en los lados laterales. Se accede a su interior subiendo cinco escalones. Dado el carácter de este pronaos, podemos suponer que sus elementos sustentantes serán los característicos: sobre las columnas se levantaría el elemento sustentado con entablamento (arquitrabe, friso y cornisa) así como el frontón con su tímpano correspondiente. El tejado del pórtico es a dos aguas. Para unir estas dos partes se coloca una estructura prismática intermedia a modo de machón que sirve de elemento de unión.
La cúpula es un hito constructivo, tanto por sus dimensiones como por su peso. Es la mayor construida hasta entonces. Se asienta sobre un grueso anillo mural realizado en hormigón (cal, cascotes y fragmentos de ladrillo con agua). Por el exterior este muro parece un cilindro homogéneo, pero su estructura tiene enormes pilones y entre ellos unos arcos de descarga, que transmiten el peso de la cúpula precisamente a los pilones, auténticos soportes de aquella. Este sistema explica la ausencia de contrafuertes exteriores. Y también explica que se pudieran abrir en el muro interior, las siete exedras (capillas), más la puerta de acceso entre los pilones. 
La cúpula propiamente dicha, para reducir su peso consta de dos paredes rellenas de materiales de menos peso, como escoria volcánica, cerámica y ladrillos grandes colocados en líneas concéntricas para una mejor trabazón. Otro medio parar reducir su peso fue disminuir su grosor en altura, de tal forma que en su parte inferior mide 6 metros y en el nivel del óculo sólo tiene 1,5 metros de espesor. 
 
Para construir semejante cúpula hubo que cimbrarla a partir de la última cornisa antes del arranque de la semiesfera. Se usaron hormigones cada vez más ligeros según se aproximaban al óculo. El hormigón del nivel superior tenía como árido piedra pómez, muy ligera y resistente. De otro modo, la cúpula no habría soportado su propio peso.
El modelo de espacio circular cubierto por una bóveda se había utilizado por la misma época en las grandes salas termales, pero era una novedad usarlo en un templo. El efecto de sorpresa al cruzar el umbral de la puerta debió ser notable.
 
*********************
 
O Panteón foi en orixe un templo consagrado ás sete divindades celestes da mitoloxía romana: o Sol, a Lúa, e os cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Xúpiter e Saturno). Cada un deles tiña asignado unha das sete capelas do interior. Ademais, a propia sala circular era unha esfera perfecta, representación da concepción cosmogónica de Platón. Para este filósofo clásico o círculo é a forma perfecta que non ten principio nin fin e xa que logo, o símbolo do universo.
 O edificio estaba concibido para unir ao home coa divindade (o óculo central da cúpula comunica o mundo terreal co ceo), pero, sobre todo, co emperador, que era proclamado un deus aos ollos do pobo. Pero á función relixiosa hai que engadir, tamén, a política; a súa magnificencia convertíase nun testemuño do poder e a gloria de Roma.
No século VII foi convertido en igrexa dedicada a Santa María ad Martyres transformando en altares os nichos laterais. 
No interior atopámonos un corpo cilíndrico formado por unha serie de columnas e pilastras corintias que soportan un entaboamento roto pola gran ábsida semicircular integrado no tambor e situado fronte á entrada principal. Entre as columnas e pilastras hai nichos e fornelos separados por corpos macizos diante dos cales aparecen altares con imaxes. 
O corpo superior do tambor ofrece alternativamente macizos cadrados e vans rectangulares remarcados por unha nova alternancia: frontóns triangulares sobre os rectángulos e rectángulos sobre os cadrados. 
A cúpula está decorada con casetóns de tamaño graduado diminuíndo as súas proporcións a medida que se achegan ao óculo, un orificio circular de 8,92 m. de diámetro que é a única fonte de luz a unha altura de 43,5 m. Para aliviar o peso da cúpula utilizouse o formigón mesturado con materiais lixeiros como cascotes de tufo (pedra volcánica, porosa, de pouco peso) leve  e escoura volcánica ademais dos casetóns que unían así unha función técnica á sinxelamente decorativa
Para reforzar a súa estrutura utilizáronse capas horizontais de ladrillos a modo de aneis concéntricos e dezaseis nervios que, baixo o artesoado, unen o anel do óculo cos arcos de descarga do tambor. 
A perfección e a monumentalidade desta obra, como todas construídas por Adriano, son un reflexo da estabilidade e prosperidade do seu mandato. A sección do Panteón é un círculo inscrito nun cadrado. O círculo simboliza a harmonía, a perfección, a actividade do ceo.
 
 
A planta deste templo presenta un esquema innovador dentro das construcións de tipo relixioso romano.
 O pórtico de entrada é tan grande que se converte nun pronaos propio dun templo clásico rectangular greco-romano. A cella, con todo, é unha ampla rotonda circular, máis propia dun tholos grego.
É octástilo, pois presenta oito columnas na fachada; ademais ten catro columnas nos lados laterais. Accédese ao seu interior subindo cinco chanzos. Dado o carácter deste pronaos, podemos supor que os seus elementos sustentantes serán os característicos: sobre as columnas levantaríase o elemento sustentado con entaboamento (arquitrabe, friso e cornixa) así como o frontón co seu tímpano correspondente. O tellado sería a dúas augas. Na unión destas dúas partes atópase unha estrutura prismática intermedia a modo de machóns que serve de elemento de unión entre ambas as estruturas. 
A cúpula é un fito construtivo, tanto polas súas dimensións (o seu diámetro é de 43,44 metros) como polo seu peso. É a máis grande construída ata entón. Aséntase sobre un groso anel mural realizado en formigón (cal, cascotes e fragmentos de ladrillo con auga). Aínda que polo exterior este muro parece un cilindro homoxéneo, a súa estrutura consta de enormes piares e entre eles atopamos arcos de descarga, que serven para transmitir o peso da cúpula precisamente aos piares, auténticos soportes daquela. Este sistema explica a ausencia de contrafortes exteriores. Pero tamén explica que se permitisen a licenza de abrir no muro, cara ao interior, as sete exedras (capelas), máis a porta de acceso entre os piares. 
A cúpula propiamente dita, para reducir o seu peso consta de dúas paredes recheas de materiais de menos peso, como escoura volcánica, cerámica e ladrillos grandes colocados en liñas concéntricas para unha mellor ligazón. Outro medio para reducir o seu peso foi diminuír o seu grosor en altura, de tal forma que na súa parte inferior mide 6 metros e no nivel do óculo só ten 1,5 metros de espesor. 
O modelo de espazo circular cuberto por unha bóveda utilizouse pola mesma época nas grandes salas termais, pero era unha novidade usalo nun templo. O efecto de sorpresa ao cruzar o limiar da porta debía ser notable.
Aínda que houbo neste lugar un templo de tempos de Agripa no que se debían colocar os diferentes deuses que había en Roma, tras varias vicisitudes, o templo foi reconstruído completamente en tempos de Adriano. Polas marcas atopadas nos ladrillos sábese que foi construído entre o 123 e 125 d.C. O proxecto adóitase atribuír a Apolodoro de Damasco, o arquitecto oficial de Traxano, aínda que non se sabe con seguridade. Este artista, ou o que o fixese, soubo axuntar con brillantez a tradición helenística e as concepcións tipicamente romanas.

No hay comentarios: