lunes, 31 de octubre de 2011

El Escorial


Obra: Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial  
Autor: Juan Bta. de Toledo (c.1515-1567) y Juan de Herrera (1530-1597)
Fecha: Siglo XVI; entre 1559-1584  
Estilo: Renacimiento  
Material: Piedra de granito
 
Juan Bautista de Toledo inicia las obras de El Escorial en 1562. A él se deben la planta general del edificio, la fachada meridional y el patio de los Evangelistas.
Juan de Herrera le sucedió como arquitecto general en 1572; fue auxiliado por Antonio de Villacastín, que dirige la obra desde 1572 hasta el final 1584. Es este arquitecto el que imprime un sello característico al monumento.
Felipe II quiso construir una obra que aunara un palacio, un panteón de reyes y un monasterio. Y, efectivamente, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial es un complejo de palacio, panteón y monasterio, además de otras dependencias necesarias para la administración cuando el rey se encontraba en este lugar.
El palacio privado fue levantado en torno al altar principal de la iglesia. El rey se hallaba así conectado visualmente tanto con los exteriores ajardinados como con el altar mayor de la iglesia. Sus habitaciones eran muy sencillas y de moderado tamaño. Bajo este altar mayor debería estar el panteón dinástico para acoger sus propios restos mortales, los de su padre, Carlos V, y sus respectivas familias, incluidos el príncipe Carlos y Juan de Austria.  
Además debería ser un monasterio, con expreso deseo de que los monjes jerónimos que se establecerán en él elevasen sus preces a Dios en acción de gracias y en súplicas por el eterno descanso de la familia real.
 
El edificio, en su momento considerado como el edificio más grande del mundo, sigue el modelo tradicional de la arquitectura de los alcázares castellanos. La planta definitiva del edificio será  rectangular, con patios interiores y cuatro torres en las esquinas.
Esta disposición recuerda la forma de una parrilla invertida, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que se escogió esta traza en honor a San Lorenzo, martirizado en Roma en una parrilla, ya que el 10 de agosto de 1557, día de la festividad del santo, tuvo lugar la batalla de San Quintín contra los franceses. De ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su alrededor. Pero también podría ser que el parecido con la parrilla pudiera deberse a una feliz casualidad encontrada por Juan de Herrera al eliminar seis de las torres interiores y unificar el conjunto en el inmenso cuadrilátero de granito y pizarra. En todo caso, el Palacio Real haría de "mango" de la supuesta parrilla. Del quadro se adelanta en su parte oriental el cuerpo del palacio real.
En el interior del cuadrado destacan los patios interiores, y sobre todo, el Claustro principal, el llamado de los Evangelistas, por albergar un templete con la escultura de los cuatro escritores sagrados.
El gran patio que precede a la iglesia es el llamado Patio de los Reyes debido a las seis enormes estatuas que decoran la fachada y que representan a los Reyes de Judea. 
 
La grandiosa basílica ocupa el centro del edificio. Tiene planta centralizada de cruz griega, con gran cúpula en el crucero.
 
 
Al cerrar Juan de Herrera el edificio con una fachada principal, la fachada de la iglesia quedó  desplazada a la entrada el conjunto.
 
Hay que destacar que, de acuerdo a las ideas neoplatónicas de la época, se nota la profusa presencia de figuras geométricas puras -círculo, triángulo y cuadrado- en su composición, tanto en planta y alzado como en pequeños detalles.
El herreriano (arquitectura herreriana) se desarrolló en España durante el último tercio del siglo XVI bajo el reinado de Felipe II (1556-1598), y continuó en vigor en el siglo XVII, pero transformado por la corriente barroca de el tiempo. Corresponde a la tercera y última etapa de la arquitectura renacentista española, que evolucionó hacia una purificación progresiva ornamental, desde el plateresco inicial hasta el purismo clásico del segundo tercio del siglo XVI y la desnudez total decorativa que introdujo el estilo herreriano.
Hay que destacar que, de acuerdo a las ideas neoplatónicas de la época, se nota la profusa presencia de figuras geométricas puras -círculo, triángulo y cuadrado- en su composición, tanto en planta y alzado como en pequeños detalles.

domingo, 30 de octubre de 2011

Pedro Machuca: Palacio de Carlos V



Obra: Fachada sur del palacio de Carlos V en Granada
Autor: Pedro Machuca (¿?-1550)
Fecha: Comenzado en 1528
Estilo: Renacimiento/ Manierismo
Material: Piedra

El Palacio real de Carlos V en Granada se encuentra dentro del conjunto palaciego de la Alhambra de Granada. El edificio se levantó en uno de los extremos del Patio de los Arrayanes y para hacerlo derribaron un pabellón opuesto a la torre de Comares. Fue construido a partir de la boda de Carlos con Isabel de Portugal quienes, tras el enlace, vivieron varios meses en la Alhambra. Su belleza les impresionó, por lo que mandaron construir un palacio con la intención de establecer allí su residencia. El emperador nunca pudo volver allí, debido a sus obligaciones, viajes y continuas guerras.
Carlos I quiso construir un palacio al estilo romano, para superar al gótico que todavía seguía activo y al plateresco, al que se asociaban con la monarquía anterior de los Reyes Católicos. El proyecto fue de Pedro Machuca, formado en el círculo artístico de Roma. Construyó un palacio que estilísticamente se corresponde con el manierismo, estilo que en Italia estaba dando los primeros pasos y que en la península es de una novedad total. Resulta imposible encontrarle un precedente inmediato en la arquitectura italiana del quinientos.
La planta del palacio tiene forma de un cuadrado con un patio circular inscrito en su interior. Esta disposición, rasgo manierista sin precedentes en la arquitectura del Renacimiento, por lo que hay que situar esta construcción en la vanguardia artística del momento. El lenguaje constructivo que se emplea es el del pleno renacimiento italiano. Su influencia fue muy limitada, por incomprendida, en España.
El edificio consta de dos niveles. El bajo es de orden toscano completamente almohadillado, en cuyas pilastras se insertan grandes anillas de bronce. El piso superior es de orden jónico. Separando los dos pisos está el ritmo horizontal del entablamento, que junto con la cornisa del piso superior horizontalizan el edificio. Los vanos de todo el perímetro son adintelados en el caso de ventanas y puertas aunque sobre cada ventana del piso superior se abren sendos óculos circulares para aumentar la luminosidad del interior. La rítmica y armoniosa repetición de los vanos y de los elementos sustentantes nos transmite una sensación de orden y estabilidad muy buscada por los autores de clasicismo renacentista. Las ventanas del piso inferior presentan un dintel sencillo, pero las del piso superior alternan frontones triangulares con cornisas en sus dinteles.
Las fachadas sur y oeste están decoradas en su totalidad. La norte y este sólo lo están en parte, debido a que el edificio está unido al Alcázar de la Alhambra. Las fachadas parecen idénticas, pero no lo son. La diferente composición de sus portadas indicaba la distribución interior del edificio en dos "casas" separadas: una para el emperador, y otra para la emperatriz. La parte central de las dos fachadas principales las ocupan magníficas portadas de mármol y son de lo más bello del Renacimiento español.
La portada del lado oeste, la principal entrada del Palacio, es de orden dórico, con cuatro grupos de columnas dobles estriadas. Sobre ellas hay un entablamento clásico con el entablamento decorado con triglifos y metopas. Entre las columnas se abren tres puertas: la central, de gran tamaño, con un tímpano triangular encima. Las otras dos puertas son más pequeñas y están adornadas con grupos de frutas en ménsulas y con medallas en sus tímpanos. Sobre estas portadas aparecen medallones enmarcados en piedra serpentina. En el piso superior el estilo de las columnas, que hacen el mismo juego que en el piso inferior, es jónico (superposición de órdenes).
La fachada sur tiene el cuerpo inferior jónico montados sobre pedestales que se prolongan a los lados para sostener dos leones tendidos y que están decorados con bajorrelieves con trofeos guerreros, romanos, árabes, turcos y cristianos. La puerta tiene un frontón triangular con un relieve de la Abundancia en su tímpano y, sobre él, figuras aladas de la Fama y la Victoria. El segundo cuerpo de esta portada es corintio, y sus dobles columnas se apoyan en pedestales con relieves que forman una balconada en la que aparece el motivo de la serliana.
Este palacio no significó tanto la destrucción de parte de la Alhambra como la garantía de supervivencia del resto. En unos tiempos en que lo más habitual era la destrucción total de palacios y templos de los pueblos sometidos, la sensibilidad de los reyes cristianos ante la belleza incontestable de la Alhambra supuso la necesidad de disfrutarla desde dentro y, por ende, de conservarla.
Todo estos elementos, como la serliana, la colocación de grandes esculturas sobre los frontones y arcos, el preciosismo en el detalle y ejecución de los ventanales del piso alto y de todos los elementos de las portadas centrales, nos hablan de "dificultad", virtuosismo, elegancia y gracia; de afán de estilo; todo nos habla de manierismo.


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Obra: Fachada sur do palacio de Carlos V en Granada
Autor: Pedro Machuca (?-1550)
Data: Comezado en 1528
Estilo: Renacemento/ Manierismo
Material: Pedra

O Palacio real de Carlos V en Granada atópase dentro do conxunto palaciano da Alhambra de Granada. O edificio levantouse nun dos extremos do Patio dos Arraiáns e para facelo derribaron un pavillón oposto á torre de Comares. Foi construído a partir da voda de Carlos I con Isabel de Portugal quen, tralo enlace, viviron varios meses na Alhambra. A súa beleza impresionounos, polo que mandaron construír un palacio coa intención de establecer alí a súa residencia. O emperador nunca puido volver alí, debido ás súas obrigas, viaxes e continuas guerras.
Carlos I quixo construír un palacio ao estilo romano, para superar ao gótico que aínda seguía activo e ao plateresco, ao que se asociaban coa monarquía anterior dos Reis Católicos. O proxecto foi de Pedro Machuca,formado no círculo artístico de Roma. Construíu un palacio que estilisticamente se corresponde co manierismo, estilo que en Italia estaba dando os primeiros pasos e que na península é dunha novidade total. Resulta imposible atoparlle un precedente inmediato na arquitectura italiana do cincocentos. 
A planta do palacio ten forma dun cadrado cun patio circular inscrito no seu interior. Esta disposición é un trazo manierista sen precedentes na arquitectura do Renacemento, polo que hai que situar esta construción na vangarda artística do momento. A linguaxe construtiva que se emprega é a do pleno renacemento italiano. A súa influencia foi moi limitada, por incomprendida, en España.
O edificio consta de dous niveis. O baixo é de orde toscana completamente almofadado, en cuxas pilastras se insiren grandes armelas de bronce. O piso superior é de orde xónica. Separando os dous pisos está o ritmo horizontal do entaboamento, que xunto coa cornixa do piso superior horizontalizan o edificio. Os vans de todo o perímetro son alintelados no caso de ventás e portas aínda que sobre cada ventá do piso superior se abren senllos óculos circulares para aumentar a luminosidade do interior. A rítmica e harmoniosa repetición dos vans e dos elementos sustentantes transmítenos unha sensación de orde e estabilidade moi buscada polos autores de clasicismo renacentista. As ventás do piso inferior presentan un lintel sinxelo, pero as do piso superior alternan frontóns triangulares con cornixas nos seus linteis.
As fachadas sur e oeste están decoradas na súa totalidade. A do norte e do leste só o están en parte, debido a que o edificio está unido ao Alcázar da Alhambra. As fachadas parecen idénticas, pero non o son. A diferente composición das súas portadas indicaba a distribución interior do edificio en dúas "casas" separadas: unha para o emperador, e outra para a emperatriz. A parte central das dúas fachadas principais ocúpanas magníficas portadas de mármore que son do máis fermoso do Renacemento español.
A portada ao lado oeste, a principal entrada do Palacio, é de orde dórica, con catro grupos de columnas dobres estriadas. Sobre elas hai un entaboamento clásico co friso decorado con tríglifos e métopas. Entre as columnas ábrense tres portas: a central, de gran tamaño, cun tímpano triangular encima. As outras dúas portas son máis pequenas e están adornadas con grupos de froitas nas ménsulas e con medallas nos seus tímpanos. Sobre estas portadas aparecen medallóns enmarcados en pedra serpentina. No piso superior o estilo das columnas, que fan o mesmo xogo que no piso inferior, é xónico (superposición de ordes).
A fachada sur ten o corpo inferior xónico montado sobre pedestais que se prolongan aos lados para soster dous leóns tendidos e que están decorados con baixorrelevos con trofeos guerreiros, romanos, árabes, turcos e cristiáns. A porta ten un frontón triangular cun relevo da Abundancia no seu tímpano e, sobre el, figuras aladas da Fama e a Vitoria. O segundo corpo desta portada é corintio, e as súas dobres columnas apóianse en pedestais con relevos que forman unha balconada na que aparece o motivo da serliana.
Este palacio non significou tanto a destrución de parte da Alhambra como a garantía de supervivencia do resto. Nuns tempos en que o máis habitual era a destrución total de palacios e templos dos pobos sometidos, a sensibilidade dos reis cristiáns ante a beleza incontestable da Alhambra supuxo a necesidade de gozala desde dentro e, polo tanto, de conservala.
Todos estes elementos, como a serliana, a colocación de grandes esculturas sobre os frontóns e arcos, o preciosismo no detalle e execución das ventás do piso alto e de todos os elementos das portadas centrais, fálannos de "dificultade", virtuosismo, elegancia e graza; de afán de estilo; todo nos fala de manierismo.

sábado, 29 de octubre de 2011

Fachada de la Universidad de Salamanca

Obra: Fachada de la Universidad de Salamanca
Autor: Anónimo
Fecha: Entre 1529-1533
Estilo: Renacimiento; plateresco
Material: Piedra de Villamayor(Salamanca)
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La fachada de la universidad de Salamanca es uno de los varios edificios que se realizan en esta ciudad en el XVI. Esta portada se coloca en un edificio gótico que ya existía. Los elementos góticos que pueden observarse en la fachada son la entrada que tiene dos arcos carpaneles (de tres centros) separados por el mainel y los contrafuertes de la fachada.

Es una fachada tipo tapiz o estandarte que tiene un desarrollo autónomo respeto al edificio gótico que comienza a partir de ella. La portada es autónoma e inconexa con el resto del edificio, como se aprecia por los lados. El tapiz o estandarte lo constituye el gran frente profusamente adornado.

Este tipo es una creación original de finales del XV en Castilla, durante el reinado de los Reyes Católicos, que se mantiene durante el XVI, como vemos en esta obra. Posiblemente tenga antecedentes islámicos en cuanto a la estructura, pero también aúna el carácter ornamental mudéjar con el del gótico final, también llamado flamígero. El afán de ornamentación se rellena ahora, sin embargo, con un repertorio de motivos ornamentales vegetales tomados del renacimiento italiano del XV, de la Lombardía y de la región de Toscana; elementos como el candelieri, grutesco, desnudo, venera, hornacina, etc. Se añaden medallones, elementos heráldicos y figuraciones animales, entre otros.

El uso de motivos heráldicos hace alusión, en este caso, al patronato regio y sirve de vehículo de expresión a un complejo programa iconográfico de carácter humanista, mediante el cual la institución universitaria trata de adaptarse a la nueva cultura del Renacimiento.

La decoración presenta un volumen que va de menor, abajo, a mayor, hacia arriba. Esta solución es utilizada para crear un efecto óptico que otorgue mayor realidad a lo observado.

El conjunto de la fachada presenta la estructura de un retablo y la decoración se ha distribuido en tres cuerpos, con cinco calles. En el cuerpo inferior hay cinco paneles correspondientes a cada calle. En el panel central hay un medallón con el busto de los Reyas Católicos con una inscripción en griego en la que se lee “Los Reyes para la Academia y ésta para los Reyes”. El cetro que sostienen los reyes y que actúa de eje central, es un símbolo relacionado con el Libro de la Sabiduría. Esta composición es un homenaje a los fundadores. Los cuatro paneles que acompañan a los Reyes, dos a cada lado, son meramente decorativos. En el segundo hay también cinco paneles. El central, sobre el de los Reyes Católicos, tiene el escudo de Carlos V con el Toisón de oro, imagen que ensalza a la monarquía regente. A la izquierda y a continuación del escudo de Carlos V, está el águila bicéfala en relación con el monarca. En el de su derecha hay otro escudo con el águila. Los paneles laterales tienen una figura femenina a la izquierda, tal vez representación de Hebe, diosa de la juventud por su corona de flores. En el panel de la derecha está representado Hércules, que junto a Hebe, simbolizan la protección de la monarquía. Encima de cada panel encontramos veneras coronándolos. En el tercer cuerpo, con el relieve más abultado, hay tres secciones de iconografía compleja. En el panel central de la izquierda está la diosa Venus con dos medallones a su lado. En uno aparece Baco coronado con una guirnalda; en el otro está Marte, amante de Venus, con una balanza y un casco debajo. Ambos medallones aparecen unidos en la parte superior por un conjunto de delfines. El panel de la derecha lo protagoniza Hércules en el recuadro, flanqueado por Fedra y su esposo Teseo, y también está coronado con delfines. Es cuerpo presenta en el centro al papa Adriano VI, como obispo, sentado en su cátedra custodiado por dos cardenales, todos situados bajo una especie de templete.

El programa iconográfico, complejo y no unánimemente aceptado, se debe observar en conjunto, pues sólo así cobra significado: la virtud y el pecado se encuentran. Los personajes pueden ser interpretados también de otra manera. Pero el mensaje principal es claro: hace una alabanza a la ciencia y a la vida activa; mientras que rechaza el vicio y la inmoralidad. Estos conceptos eran los que regían la vida académica, y aquellos que el humanismo a través de sus escuelas, quería transmitir a las siguientes generaciones.

El término plateresco es utilizado por primera vez por Ortiz de Zúñiga en 1677 al hablar del Ayuntamiento de Sevilla para referirse al tipo de decoración allí empleado por Diego de Riño. Dicho término hace relación al parecido que tiene la decoración de los relieves con la labor de filigrana realizada por los plateros. Se refiere fundamentalmente a la arquitectura.