jueves, 9 de junio de 2011

El Escorial

Obra: Planta de San Lorenzo de El Escorial  
Autor: Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera  
Fecha: Último tercio del siglo XVI  
Estilo: Rencimiento 
 Material: Granito y pizarra 
 
Juan Bautista de Toledo inicia las obras de El Escorial en 1562. A él se deben la planta general del edificio, la fachada meridional y el patio de los Evangelistas.
Le sucedió como arquitecto general en 1572 Juan de Herrera, auxiliado por Antonio de Villacastín, que dirige la obra desde 1572 hasta el final 1584. Es este arquitecto el que imprime un sello característico al monumento.
El edificio, en su momento considerado como el edificio más grande del mundo, sigue el modelo tradicional de la arquitectura de los alcázares castellanos, con una planta rectangular, patios interiores y torres (4) en las esquinas.
Hay que destacar que, de acuerdo a las ideas neoplatónicas de la época, se nota la profusa presencia de figuras geométricas puras -círculo, triángulo y cuadrado- en su composición, tanto en planta y alzado como en pequeños detalles.
Del quadro se adelanta en su parte oriental el cuerpo del palacio real. Felipe II quiso construir una obra que aunara un palacio, un panteón de reyes y un monasterio. Y, efectivamente, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial es un complejo de palacio, panteón y monasterio, además de otras dependencias necesarias para la administración cuando el rey se encontraba en este lugar.
El palacio privado (1) fue levantado en torno al altar principal de la iglesia (6). El rey se hallaba así conectado visualmente tanto con los exteriores ajardinados como con el altar mayor de la iglesia. Sus habitaciones eran muy sencillas y de moderado tamaño.
Bajo este altar mayor debería estar el panteón (6) familiar de los reyes de España.
Además debería ser un monasterio, con expreso deseo de que los monjes jerónimos que se establecerán en él rezaran constantemente por los difuntos allí enterrados.
La planta definitiva del edificio quedó rematada con sólo cuatro torres en las esquinas y el palacio Real haciendo de «mango».
Esta disposición recuerda la forma de una parrilla invertida, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que se escogió esta traza en honor a San Lorenzo, martirizado en Roma en una parrilla. El 10 de agosto de 1557, día de la festividad del santo, tuvo lugar la batalla de San Quintín contra los franceses. De ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su alrededor. Pero también podría ser que el parecido con la parrilla pudiera atribuirse más bien a una feliz casualidad encontrada por Juan de Herrera al eliminar seis de las torres interiores y unificar el conjunto en el inmenso cuadrilátero de granito y pizarra.
En el interior del cuadrado destacan los patios interiores, y sobre todo, el Claustro principal, llamado de los Evangelistas (3) por albergar un templete con la escultura de los cuatro escritores sagrados.
El gran patio que precede a la iglesia es el llamado Patio de los Reyes (4) debido a las seis enormes estatuas que decoran la fachada que representan a los reyes de Judea.
La grandiosa basílica (2) ocupa el centro del edificio. Tiene planta centralizada de cruz griega, con gran cúpula en el crucero.
La fachada principal de la iglesia (6) quedó con la fachada desplazada a la entrada el conjunto. La arquitectura de este edificio, concebido por Juan de Herrera, dio lugar a la arquitectura denominada herreriana, caracterizada por la austeridad decorativa.

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