viernes, 17 de abril de 2009

Rubens: Las tres gracias

Obra: Las tres gracias 
Autor: Peter Paul Rubens (1577-1640) 
Fecha: 1630-1635 
Estilo: Barroco   
Técnica: Óleo sobre madera de roble
 
Este es un cuadro realizado por Pablo Rubens, pintor barroco flamenco del siglo XVII. En él se representa a las Tres Gracias ante un paisaje al fondo, una fuente a nuestra derecha y una guirnalda en la parte superior. Es un tema de la antigüedad clásica que fue retomado por el pintor renacentista Rafael. 
Las Tres Gracias eran hijas de Zeus y de la ninfa Eurinome. Se llamaban Eufrósine, Talía y Aglaye y eran la representación de la afabilidad, la simpatía y delicadeza, y en general de todo lo que fuera amable. Eran muy bellas y se las representaba desnudas, porque la belleza no se puede cubrir. Están siempre danzando y con las manos entrelazadas y de esta forma se las ha representado casi siempre.  
Rubens nos ofrece una belleza sensual, que alague a los sentidos; estamos en el barroco y esto es algo buscado por los pintores. Las tres figuras sirven a Rubens para pintar tres figuras académicas femeninas con las exuberantes formas habituales en su pintura, de cuerpos desnudos y luminosos. Pero aunque son personas entradas en carnes, son figuras proporcionadas y elegantes
Un fuerte foco de luz ilumina a las tres figuras; las carnaciones son de una gran belleza. 
La composición respeta el modelo clásico de representarlas desnudas, juntas, manos entrelazadas, como empezando el baile y una de ellas colocada de espaldas. Pero modifica la unión entre ellas, pues aquí están conectadas por tres datos: el cogerse entre ellas por los brazos, el velo transparente que las cubre y las miradas entrelazadas. Todo esto da unidad al conjunto.  
El paisaje ante el que se encuentran las tres figuras, con el punto de horizonte bajo, acentúa más su contorno. 
Para crear un espacio escenográfico que enmarque a las Gracias, coloca sobre sus cabezas una guirnalda de flores colgada sobre las ramas de un árbol en el que también se encuentran sus ropas abandonadas.  
Está realizado el cuadro al poco de casarse con Helena Fourment, tras el fallecimiento de Isabel Brandt, su primera esposa. Es un momento de felicidad del pintor, y lo refleja con esta obra. Sería un cántico del autor a la felicidad, al amor y el placer derivado de su nuevo matrimonio. Es significativo el hecho de que este cuadro fue propiedad de Rubens hasta su muerte. La figura de la esposa, que sirvió como modelo, es la que está a nuestra izquierda. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

realmente bello, la inspiracion hecha arte.no se de pintura pero la forma como lo expresa me impacta