jueves, 26 de enero de 2023

Antonio Gaudí: Templo de la Sagrada Familia (V). Fachada de la Pasión

 

Obra:  Templo de la Sagrada Familia: puerta de la Natividad
Autor: Antonio Gaudí i Cornet (1852-1926)
Fecha: 1882-2023
Estilo: Modernismo

Material:
Predominan: piedra y ladrillo, distintos tipos de hormigón, acero, etc. 
 
En esta fachada se representa la pasión y muerte de Jesucristo. Tiene una apariencia extraordinariamente desnuda y austera en concordancia con el tema.
Está formada por un porche con seis columnas (símbolo de los huesos de Cristo) inclinadas de fuera hacia dentro. Sostienen una cornisa que sobrevuela el pórtico por encima de la que corre una galería cubierta formada por 18 columnas (simbolizan las costillas de Cristo) que remata en una cornisa de prismas hexagonales y donde se puede leer la inscripción «Iesus Nazarenus Rex Iudæorum» («Jesús de Nazaret, rey de los judíos»).
Tiene tres puertas de bronce situadas entre los cuatro campanarios que dan acceso al interior del templo, como en las otras fachadas. Están dedicadas a la Fe, Esperanza y Caridad, las tres virtudes teologales
La puerta central está dividida en dos por un mainel con los signos Alfa y Omega. 

Las torres o campanarios, como en la fachada de la Natividad, los elementos principales y más característicos de cada portada y, como aquella, son de sección romboidal que a determinada altura se vuelven elípticas. Cada torre está dedicada a un apóstol (Santiago el menor, san Bartolomé, santo Tomás y san Felipe) representado en una gran estatua. Los pináculos de culminación de las torres tienen la misma simbología que los de la fachada de la Natividad.
 
Cuando el 7 de Junio de 1926 murió Gaudí arrollado por un tranvía se encontró en su bolsillo el dibujo de arriba doblado en cuatro partes. Es el único documento gráfico que nos queda de cómo quería Gaudí que fuera esa fachada.
En 1986 se encargó a Josep Maria Subirachs (1927-2014) la realización de las esculturas de la fachada y de las puertas en bronce. El escultor decidió dejar su huella a través de un conjunto personal, simple y esquemático de figuras con un potente efecto dramático. Su obra se realizó entre 1987 y 2009.
 

El conjunto del pórtico es una espectacular escenificación escultórica de la Pasión y muerte de Jesús: un auténtico Viacrucis que hay que leer en el orden numérico que está en la imagen.
Estas son las principales escenas, sin apenas comentarios.
1. Última cena de Jesús con sus discípulos. 2. Soldados en el huerto de los Olivos y Pedro que se despierta. 3. La traición: el beso de Judas. 4. Cristo atado a la columna para recibir latigazos. 5. La negación de Pedro ante las mujeres. 6. Escena del Ecce Homo y Pilatos que se lava las manos. 7. Caída de Cristo; Simón de Cirene ayuda a Cristo a llevar la cruz. 8. Jesús camino del calvario consuela a la piadosas mujeres. 9. La Verónica.  10. Longinos. 11. Los soldados echan a suerte la ropa de Cristo 12. Cristo colgado de la cruz y a su lado las tres Marías: la Virgen, María Magdalena y María de Cleofás y san Juan. 13. José de Arimatea y Nicodemo depositan el cuerpo de Jesús en el sepulcro.
La sobriedad de la fachada se manifiesta en las esculturas realizadas. Subirachs  añadió dramatismo al ya deliberadamente triste diseño de Gaudí. El conjunto respeta el proyecto inicial de Gaudí con respecto a sus características generales, pero los detalles están, obviamente, adaptados a la estética moderna. Pero a pesar de su carácter austero contiene numerosos simbolismos y curiosidades que no podremos ver pero que realzan su magnificencia.


En la parte central superior del frontón sobresale una gran cruz de 7,5 metros de altura. Es el triunfo de Cristo sobre la muerte. Y detrás de ella, un ventanal símbolo de la Resurrección coronado por la paloma muy abstracta, símbolo del Espíritu Santo.
En la parte interior del ventanal (imagen inferior) se representa la escena de la Resurrección, pero no se hace de manera figurativa. Joan Vila-Grau expresa el tema a base de luz y colores.
 
 
Las vidrieras de la parte inferior son densas en color con tonos terrosos, ocres, rojos intensos, marrones, que van aclarándose de forma natural con otros colores como los verdes, los azules o los blancos, en una ascensión de claridad que culmina en la gran vidriera elíptica, que con su deslumbrante estallido luminoso sugiere el triunfo de la vida sobre la muerte.

La fachada de la pasión está coronada por la escultura de la Ascensión que representa el triunfo de Cristo y subida al cielo, después de la pasión, muerte y resurrección.
 
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Algunas escenas detalladas con los textos de los evangelios en los que se inspiró Subirachs.
 
1. Última cena de Jesús con sus discípulos.

El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?». Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». Él respondió: «El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él respondió: «Tú lo has dicho». Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a los discípulos y les dijo: «Tomad, comed: esto es mi cuerpo». Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: "Bebed todos; porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados".... Después de cantar el himno salieron para el monte de los Olivos.
 
2 y 3. Soldados en el huerto, Pedro que se despierta  y el beso de Judas.

Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?». Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.... Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo bese, ese es: prendedlo». Después se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Maestro!». Y lo besó. Pero Jesús le contestó: «Amigo, ¿a qué vienes?». Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano y lo prendieron. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.
 
4. Cristo atado a la columna donde recibe los latigazos

Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar.
 
5. Pedro niega ser discípulo de Cristo ante las mujeres y canta el gallo.

Pedro replicó: «Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré». Jesús le dijo: «En verdad te digo que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Pedro le replicó: «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré». Y lo mismo decían los demás discípulos.
Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver cómo terminaba aquello.
Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo». Él lo negó delante de todos diciendo: «No sé qué quieres decir». Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareno». Otra vez negó él con juramento: «No conozco a ese hombre». Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «Seguro; tú también eres de ellos, tu acento te delata». Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: «No conozco a ese hombre». 
Y enseguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo me negarás tres veces». Y saliendo afuera, lloró amargamente.  
 
6. Cristo expuesto al gentío (Ecce Homo). Pilato se lava las manos.
 
 
 
Entonces tomó Pilato a Jesús y lo mandó azotar. A continuación, los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, lo vistieron con un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían: «¡Salud, rey de los judíos!». Y le daban bofetadas...
Al oír Pilato aquellas palabras, condujo fuera a Jesús. Se sentó en un escaño, en un lugar que llamaban "el Enlosado". Era preparación de la Pascua y alrededor de la hora sexta. Dijo a los judíos: Mirad a vuestro rey. Ellos entonces comenzaron a gritar: "Quitadlo, quitadlo de en medio". ¡Crucifícalo!
 Pilato volvió a salir y les dijo: "Mirad, lo traigo afuera para que sepáis que no encuentro en él ningún motivo de condena". Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto de color púrpura. Pilato les dijo: "¡Aquí tenéis al hombre!". 
 
  
Mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: «No te mezcles en el asunto de ese justo, porque hoy, por su causa, tuve un sueño que me hizo sufrir mucho».
Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud. " Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos". Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.
 
 7.- Una caída de Cristo. El Cirineo ayuda a llevar la cruz a Cristo.

Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús. Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y vuestros hijos".
 
8. Jesús, de nuevo en el suelo, consuela a las piadosas mujeres de Jerusalén
 
Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y vuestros hijos".

9- La Verónica enjuga el rostro de Jesús.


Esta escena no aparece en ningún texto de los evangelios canónicos o apócrifos, pero desde el siglo XIII comenzó a ser difundida entre la cristiandad latina.
Las Actas de Pilatos, con la leyenda del rey Agbar y el apócrifo evangelio de Nicodemo, nos hablan de Berenice o Verónica, mujer que limpia el rostro de Cristo camino del Calvario con un paño en donde queda impresa la imagen sudorosa y sangrante de Jesús que se dirige al Calvario. Verónica, aunque bella y legendaria, se representa con falta de facciones, porque lo que interesa resaltar es la faz de Jesús. La cara de Jesús esculpida en negativo para sugerir, traducida a la escultura, la marca dejada en la tela.
Subirachs aprovecha este momento para hacer un doble homenaje a Gaudí. Los cascos de los soldados recuerdan la forma de las chimeneas de «La Pedrera». Subirachs en actitud postmoderna aprovecha este símbolo de Gaudí para dar a estos personajes una apariencia guerrera, impersonal y feroz. Y el homenaje se repite al dar su fisonomía a la figura del evangelista situado a la izquierda, siguiendo como modelo la última foto del arquitecto durante la procesión del Corpus en 1924.
 
 10. Longinos
 
Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. 32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. 33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, 34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. 
La tradición identifica a este centurión que después se convierte al Cristianismo y acaba siendo mártir de la iglesia como Longinos.
 
11.- Los soldados echan a suertes  quién se llevará la ropa de Cristo.
 

«Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo y dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será».
 
12. El Calvario

 
Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.» Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: "El Rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy Rey de los judíos".» Pilato respondió: «Lo que he escrito, lo he escrito.»" 
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.» Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu."

13. Entierro de Jesús
 
 
"Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. Fue también Nicodemo -aquel que anteriormente había ido a verle de noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús."

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